Fragmento metálico en el Cobra: Un hallazgo que abriga la esperanza por la verdad entre las familias de los desaparecidos de la lancha Bruma

«No resulta justificable que el capitán, ni la tripulación a su cargo, que iban en el puente de mando a la hora del siniestro, no fueren capaz de percatarse que en su trayecto estaba fondeada una embarcación menor», Rafael Poblete, abogado querellante

Y es que la incertidumbre que ha atenazado a las familias de los siete pescadores desaparecidos, podría estar cediendo terreno a una dolorosa certeza. Pese al cierre formal de la búsqueda, un nuevo hallazgo ha insuflado renovadas esperanzas de justicia, tiñendo la espera de una sombría convicción.

La clave de este vuelco reside en un fragmento metálico, un resto inequívoco del «Bruma» incrustado en la hélice del «Cobra», el imponente pesquero señalado por los familiares como el presunto causante de una colisión fatal en la fatídica madrugada del 30 de marzo. «La verdad va a salir a la luz. No se puede tapar el sol con un dedo», clama Claudia Urrutia, dirigente de los bacaladeros del Maule y vocera de las familias, confirmando un hallazgo que para ellos es una evidencia irrefutable de un impacto seguido de un cruel arrastre.

Con esta nueva pieza en el rompecabezas, la exigencia de que el «Cobra» sea llevado a tierra para una exhaustiva pericia en dique seco se intensifica, buscando preservar cada vestigio de la verdad. Esta petición se ha formalizado a través de una querella presentada por el abogado Rafael Poblete, la cual ha sido declarada admisible por el Juzgado de Garantía de Coronel, abriendo una nueva vía en la búsqueda de respuestas.

En el escrito de 19 páginas, la querella acusa directamente a la tripulación del «Cobra» de los delitos de homicidio con dolo eventual y homicidio por omisión. La incredulidad ante la falta de reacción de la tripulación es palpable en el texto: «No resulta justificable que el capitán, ni la tripulación a su cargo, que iban en el puente de mando a la hora del siniestro, no fueren capaz de percatarse que en su trayecto estaba fondeada una embarcación menor».

La querella ahonda en la negligencia de la embarcación mayor, que, pese a las adversas condiciones climáticas y la escasa visibilidad, aparentemente omitió medidas de precaución elementales como la reducción de velocidad o una vigilanciaRadar adecuada. Un detalle no menor que levanta suspicacias es la repentina disminución de la velocidad del «Cobra» de 11 a 8 nudos, un indicio que para los querellantes podría señalar el impacto o una fugaz conciencia de haber golpeado algo sin detenerse a socorrer.

Mientras la Fiscalía Regional del Biobío y la PDI avanzan en la investigación, las familias mantienen viva su exigencia de esclarecimiento y justicia penal. Para ellos, la aparición de los restos del «Bruma» en el «Cobra» no es el final, sino un nuevo y contundente comienzo en la dolorosa búsqueda de la verdad que se tragó a sus seres queridos en la oscuridad del mar.
SOJ