Un nuevo y violento atentado en Mulchén, en el corazón forestal de la Región del Biobío, ha reavivado la crítica y la desesperación en el ámbito político, justo cuando el país intenta trazar un camino hacia la paz y el entendimiento en la Macrozona Sur. La nueva explosión de violencia ha dejado en evidencia, una vez más, la cruda realidad de un terrorismo que parece ajeno a cualquier llamado al diálogo.
El atentado golpea con fuerza las recientes declaraciones del Presidente Gabriel Boric, quien en cadena nacional había presentado las recomendaciones de la Comisión Presidencial por la Paz y el Entendimiento. Sin embargo, para la oposición, el mensaje de los perpetradores es claro: la paz y el entendimiento son irrelevantes cuando lo que se busca es el poder a través del terror.
El parlamentario Stephan Schubert (Republicanos) no tardó en manifestar su indignación. «Mientras el Presidente hablaba de paz y entendimiento, excluyendo la realidad del terrorismo en La Araucanía, viene ahora otro atentado más», señaló Schubert, enfatizando la desconexión entre el discurso oficial y la escalada de violencia. Para el diputado, la solución no solo pasa por la inteligencia y el trabajo conjunto de las fuerzas de seguridad, sino, crucialmente, por «un Presidente con la decisión política de poner término a los grupos terroristas».
Desde Amarillos, el congresista Andrés Jouannet calificó el suceso como «el fracaso total de la política de seguridad del Gobierno en La Araucanía, en la Macrozona Sur». Su frustración era palpable al afirmar que «el terrorismo sigue vivo, sigue en la impunidad y lo cierto es que están los militares, está Carabineros, pero parece que los terroristas andan como Pedro por su casa», evidenciando la percepción de impunidad que impera en la zona.
La senadora de Renovación Nacional, María José Gatica, utilizó su cuenta de X para lanzar un mensaje contundente: «Al parecer los terroristas no vieron los anuncios del Presidente Boric». Gatica criticó duramente la creencia de que «con anuncios grandilocuentes se resuelve el problema», insistiendo en que «a los terroristas no les importa la política, sino el poder. Hay que combatirlos primero».
Finalmente, el diputado Miguel Mellado (RN) reforzó la necesidad de una acción más directa y contundente por parte del Estado. «Aquí falta inteligencia, falta que de una vez por todas se vayan a buscar a estos terroristas», sentenció Mellado, reflejando el clamor por una estrategia de seguridad más proactiva y efectiva que logre desarticular a los grupos violentos que operan en la región.
El ataque en Mulchén no es solo un acto de violencia; es un recordatorio sombrío de que el camino hacia la paz en la Macrozona Sur es complejo y requiere de más que solo intenciones. Exige una respuesta firme y coordinada que garantice la seguridad de sus habitantes y la soberanía del Estado.





