La Estrategia Nacional del Litio del Gobierno chileno ha recibido un golpe revés significativo con la decisión de dos importantes empresas chinas, BYD y Tsingshan, de abandonar sus proyectos en el norte del país. Estas compañías, seleccionadas previamente por la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), debían haber iniciado en mayo la producción de baterías y cátodos de litio, beneficiándose de precios preferenciales y un suministro garantizado de carbonato de litio por parte de SQM hasta 2030. Sin embargo, las instalaciones necesarias para estas operaciones nunca se materializaron.
Diversos factores habrían contribuido a esta determinación. Entre ellos, se destaca un cambio desfavorable en las dinámicas del mercado global del litio, marcado por una notable disminución en los precios. Asimismo, se habrían considerado las complejidades y demoras burocráticas enfrentadas por las empresas. Ya el año anterior, BYD había manifestado su preocupación por la «lentitud» en el avance del proyecto. Stella Li, vicepresidenta ejecutiva de BYD y CEO de BYD Américas, señaló en su momento que, si bien habían recibido comunicaciones de Corfo y del Gobierno, estas carecían de la claridad necesaria para definir el futuro de la iniciativa, describiéndola como «en pausa».
Corfo confirmó que BYD formalizó su solicitud de desistimiento el 14 de enero del presente año. La entidad gubernamental reconoció que «BYD ha planteado las dificultades que ha enfrentado para el desarrollo de su proyecto dadas las condiciones actuales del mercado mundial del litio».
Por su parte, Tsingshan, que proyectaba una inversión de US$233 millones para la construcción de una fábrica de baterías en Mejillones, también ha retirado su propuesta.
Este doble revés representa un desafío considerable para la estrategia gubernamental en el sector del litio, evidenciando la sensibilidad de los proyectos de inversión a las fluctuaciones del mercado y a los procesos administrativos.
SOJ
