Cada 8 de marzo, el mundo y nuestra zona, detiene su marcha para reconocer a las mujeres, pero su impacto en la sociedad va mucho más allá de un solo día. Son arquitectas del hogar, líderes en sus comunidades, innovadoras en la ciencia, fuerza en la adversidad y guardianas del futuro. Sin embargo, su presencia no siempre ha sido reconocida con la justicia que merece en cada uno de los ámbitos que participan.
Las mujeres poseen una capacidad única de resiliencia, esa fuerza silenciosa que les permite sobreponerse a cualquier adversidad. Desde las madres que enfrentan múltiples desafíos para sacar adelante a sus familias hasta las líderes que rompen barreras en la política, la empresa y la cultura, su determinación es innegable.
La empatía y la sensibilidad son dos cualidades que han sido erróneamente vistas como debilidades, cuando en realidad son el corazón de una sociedad más humana. Las mujeres han sido impulsoras del cambio no solo con su inteligencia y trabajo, sino también con su capacidad de conectar, escuchar y comprender al otro. En un mundo marcado por conflictos y divisiones, esta virtud se vuelve más necesaria que nunca.
El compromiso con el bienestar colectivo es otro sello distintivo de su presencia. Desde la docencia hasta la medicina, desde el voluntariado hasta la política social, las mujeres han estado al frente de la construcción de comunidades más equitativas y solidarias. Su liderazgo no es impositivo ni busca imponerse a través del poder por el poder mismo, sino a través de la transformación real y duradera.
Sin embargo, aún hay desafíos por enfrentar. La brecha salarial, la violencia de género y la falta de representación en espacios de toma de decisiones siguen siendo obstáculos que limitan su pleno desarrollo. Si realmente queremos homenajear a las mujeres, debemos hacerlo no solo con palabras, sino con acciones que garanticen su respeto, su seguridad y sus oportunidades.
Hoy no es solo un día de celebración, sino también de reflexión. Que cada 8 de marzo nos recuerde que el verdadero progreso de una sociedad no se mide solo en cifras económicas o avances tecnológicos, sino en qué tan equitativa es con quienes han sostenido, con su trabajo y su amor, la historia de la humanidad.
Que no sea solo un día, sino un compromiso permanente.
Robert Contreras Reyes
Abogado y ex gobernador de la provincia de Concepción.