Una colisión y posterior incendio de un autobús en la carretera BR-116, una de las más peligrosas de Brasil, dejó al menos 38 personas fallecidas y varias heridas. El accidente, ocurrido en la madrugada del sábado en el estado de Minas Gerais, ha sido calificado como una «terrible tragedia» por el presidente Lula da Silva.
El autobús, que cubría la ruta entre São Paulo y Vitória da Conquista, transportaba 45 pasajeros cuando rompió uno de sus neumáticos, lo que provocó que el conductor perdiera el control del vehículo. Tras impactar contra un objeto fijo, el autobús se incendió, atrapando a muchos de sus ocupantes.
La Policía Civil confirmó que 38 personas perdieron la vida en el siniestro, mientras que ocho resultaron heridas de gravedad y fueron trasladadas a centros médicos.
Un llamado a la acción
La magnitud de esta tragedia ha puesto nuevamente en el foco la problemática de la seguridad vial en Brasil. La BR-116, escenario de este fatal accidente, concentra una alta tasa de mortalidad y ha sido objeto de múltiples denuncias por sus condiciones deficientes.
El gobernador de Minas Gerais, Romeu Zema, ha ordenado la movilización de todos los recursos estatales para atender a las víctimas y sus familias, así como para investigar las causas del accidente. Además, se ha cerrado el tramo de la carretera afectado mientras se llevan a cabo las labores de rescate y peritaje.
Un problema nacional
Brasil ocupa un preocupante tercer lugar a nivel mundial en cuanto a muertes por accidentes de tránsito, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Esta alarmante estadística refleja la necesidad urgente de implementar políticas públicas más efectivas para mejorar la seguridad vial en todo el país.
SOJ