Se trata de una pieza de mármol, cuya data es de 1.600 años. Es decir, tan antigua como los misterios que encierra y que ha sido testigo de siglos de historia y ha resistido el paso del tiempo. Esta tableta, con una inscripción en paleo-hebreo que evoca ecos de un pasado remoto, se convertirá en el centro de atención mundial cuando sea subastada por Sotheby’s el próximo 18 de diciembre en Nueva York.
Descubierta casi por casualidad en 1913, durante excavaciones en la costa sur de Israel, esta pieza de 52 kilogramos fue inicialmente descartada como una simple roca. Sin embargo, el destino tenía otros planes. En 1943, un académico reconoció su verdadero valor: una reliquia que contenía una de las inscripciones más antiguas de los Diez Mandamientos.
Un Tesoro Olvidado
Inscrita en un hebreo arcaico, la tableta ofrece una visión única sobre las prácticas religiosas de los siglos IV y VIII d.C. Su texto, aunque se basa en los conocidos Diez Mandamientos, presenta variaciones intrigantes. La omisión del tercer mandamiento y la inclusión de una referencia al Monte Gerizim, sagrado para los samaritanos, sugieren una conexión con esta comunidad religiosa y revelan una diversidad de creencias que desafiaban las normas establecidas.
El paleo-hebreo, con sus caracteres distintivos, no solo atestigua la antigüedad de la tableta, sino que también proporciona pistas sobre los sistemas de escritura y las prácticas educativas de la época. Los expertos creen que esta inscripción podría ser una copia de un texto aún más antiguo, perdido en las brumas del tiempo.
Un Viaje a través del Tiempo
Desde su humilde origen como una piedra de construcción hasta su inminente subasta en una de las casas de subastas más prestigiosas del mundo, la historia de esta tableta es un testimonio de la fragilidad y la resiliencia de los objetos históricos. Su valor estimado, entre 1 y 2 millones de dólares, refleja no solo su antigüedad y rareza, sino también su importancia para la comprensión de las raíces del judaísmo y el cristianismo.
La subasta de esta tableta representa una oportunidad única para coleccionistas, instituciones y estudiosos de todo el mundo. Pero más allá de su valor monetario, esta pieza arqueológica es un puente que conecta nuestro presente con un pasado remoto, invitándonos a reflexionar sobre las preguntas fundamentales de la existencia humana y la naturaleza de la fe en Cristo.
Un Legado para la Humanidad
En un mundo cada vez más globalizado y fragmentado, esta antigua tableta nos recuerda la importancia de preservar nuestro patrimonio cultural y de reconocer la diversidad de creencias que han moldeado nuestra historia. Su mensaje, aunque inscrito en piedra hace más de mil años, sigue resonando con fuerza en nuestros corazones y mentes.
SOJ
