La creciente inseguridad ciudadana y su intrínseca conexión con la angustia social han encendido las alarmas del cardenal Fernando Chomalí. Con una preocupación palpable, el líder religioso ha puesto el foco en una estadística escalofriante: el suicidio se ha convertido en la segunda causa de muerte entre los jóvenes en Chile, un síntoma profundo de una sociedad que necesita urgentemente auscultar las razones detrás de este oscuro fenómeno.
«Tenemos que saber qué está pasando con la gente que se siente muy insegura en la sociedad», enfatizó Chomalí, señalando la necesidad de un análisis integral para comprender las transformaciones que están erosionando la sensación de seguridad en la población. En este complejo panorama, el arzobispo vislumbra un rol significativo para la fe como un factor de contención y esperanza.
De cara a la respuesta política ante esta crisis multifacética, Chomalí apeló a valores fundamentales, «pre-éticos y pre-políticos», que deberían concitar un acuerdo transversal. «La seguridad es un derecho humano fundamental que es el fundamento de muchos otros derechos», argumentó con convicción, delineando cómo la inseguridad socava las bases de la vida en sociedad, desde la formación de familias hasta la voluntad de trabajar y proyectar el futuro.
Sin embargo, el religioso advirtió contra soluciones simplistas, abogando por «soluciones integrales» que aborden la complejidad de la situación. En este espíritu de diálogo y búsqueda de consensos, Chomalí anunció su intención de convocar a los precandidatos presidenciales a una reunión. Su objetivo es ofrecer la perspectiva de la doctrina social de la Iglesia como un aporte valioso al debate, impulsado por su profunda convicción en el rol fundamental de la actividad política en la consecución del bien común.
Con esta iniciativa, el prelado busca tender puentes entre la fe y la política, convencido de que una acción coordinada y basada en valores compartidos es esencial para responder al grito silencioso de una sociedad que anhela seguridad, esperanza y un futuro donde la vida joven no se vea truncada por la desesperación. Su llamado resuena como una invitación urgente a un pacto político por la seguridad integral, un acuerdo que trascienda las diferencias ideológicas en la búsqueda del bienestar común.
SOJ