Un estudio pionero en Concepción ha revelado el impacto devastador de una especie de insecto, hasta ahora desconocida para la ciencia, en los árboles de boldo. La investigación, liderada por la Dra. Lubia Guedes García de la Facultad de Ciencias Forestales de Concepción, ha puesto de manifiesto cómo este insecto, denominado Gallicola Dasineura, debilita los árboles y compromete sus valiosas propiedades medicinales.
El boldo, uno de los árboles nativos más apreciados por sus propiedades insecticidas, herbicidas y antioxidantes, se encuentra bajo la amenaza de este insecto que anida en agallas ubicadas en sus tallos. La Dra. Guedes, en colaboración con investigadores del Laboratorio de Semioquímica Aplicada (LSqA) d, la Facultad de Ciencias Forestales y el Museo de Ciencias Naturales de Río de Janeiro (Brasil), ha comprobado que las agallas alteran la composición de compuestos esenciales como alcaloides y fenoles, reduciendo significativamente la actividad antioxidante del boldo.
«No existe una línea que se dedicara al estudio de estas especies, y las pocas especies de organismos gallícolas que hay descritas en el país, desafortunadamente, no corresponde a investigadores chilenos», explicó la Dra. Guedes, destacando la novedad del descubrimiento. «Como no soy entomóloga, tuve que valerme de una profesora especialista, una investigadora especialista en este género de insectos, que es de la Universidad Federal de Río de Janeiro, porque en Chile no tenemos un especialista para hacer la descripción».
El estudio, que se ha desarrollado principalmente en boldos adultos del Parque Botánico de Hualpén, ha permitido identificar la presencia de las agallas y del insecto Gallicola Dasineura. Aunque la Dra. Guedes descarta un peligro inminente para la supervivencia del boldo, advierte sobre el daño que el insecto causa y la posible amenaza que podría representar en el futuro, especialmente ante el cambio climático.
«Pero sí le provoca mucho daño (…) la ramita (afectada por la agalla y el insecto) muere, porque la infección es muy grande», señaló la Dra. Guedes. «Pero son ramitas que en realidad están abajo, que no comprometen la vida del árbol, pero sí le provocan un daño y si nosotros pensamos a futuro, con el problema de los cambios climáticos y aumento de temperatura, pudieran convertirse estos que hoy son un parásito que convive con ellos en una amenaza para el boldo y para otras especies que también sufren de estos efectos».
El proyecto posdoctoral de la Dra. Guedes, apoyado por el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt) y la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), está próximo a concluir tras tres años de investigación. Entre sus principales conclusiones, destaca que el insecto modifica las propiedades medicinales del boldo a nivel de tallo y que, en casos de infección severa, puede provocar la muerte de árboles pequeños y ramas laterales.
La Dra. Guedes enfatiza la necesidad de continuar investigando esta especie de insecto y su impacto en otras estructuras del boldo, como las hojas. «Porque la planta es un todo único: si nosotros tenemos una infección en un dedo, estamos enfermos el cuerpo completo y así sucede con el árbol», afirmó. Además, propone estudiar los efectos del insecto en combinación con otros factores de estrés, como la sequía y las variaciones de temperatura.
SOJ