Observatorio Climático USS pronostica temporada de incendios forestales de “alto riesgo”, en especial en Región del Biobío

* Según el informe “Pronóstico de la temporada de incendios forestales 2024-2025”, elaborado por el Observatorio Climático USS, la situación de alto riesgo se debe a la combinación de altas temperaturas, vegetación seca y ráfagas de viento. El llamado es a diseñar e implementar estrategias de prevención, tales como establecer zonas de amortiguación y la construcción de cortafuegos y sistemas de captación de aguas.

 “La temporada de verano en Chile presenta un panorama complejo respecto al riesgo de incendios forestales”. Así lo establece el informe “Pronóstico de la temporada de incendios forestales 2024-2025”, elaborado por el Observatorio Climático de la Universidad San Sebastián. Según el informe, las zonas más propensas a experimentar ondas de calor durante este verano son las regiones de La Araucanía y Biobío. En esta última, se prevén condiciones críticas en los sectores costeros y de secano. En la costa, los fuertes vientos jugarán un rol significativo, mientras que en el secano las temperaturas más altas, junto con el viento y la baja humedad relativa, agravan el escenario.

Además, en las zonas de precordillera del Biobío, la acumulación de biomasa es considerablemente mayor que el año pasado, aumentando la disponibilidad de combustible. A esto se suma el habitual viento puelche, caracterizado por ser seco y cálido, que desciende desde la cordillera y genera condiciones ideales para la rápida propagación de incendios forestales. “La realidad en la región del Biobío, al igual que en la macrozona central, es que producto de las lluvias hay mayor cantidad de material inflamable, y eso sumado a las condiciones climáticas de temperatura, baja humedad, mucho viento, produce que el riesgo sea mayor”, sostuvo María Emilia Undurraga, decana de la Facultad de Ciencias de la Naturaleza de la USS. Agrega que se están coordinando con distintos actores para poder ser un aporte desde la región. “En la sede Concepción tendremos disponibles el Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre, Cerefas, y el Hospital Clínico para poder atender a los animales que se vean afectados por los posibles incendios”, dijo.

Vientos y déficit hídrico

Según el informe, “la presencia de una débil fase de La Niña ha contribuido al refuerzo del anticiclón del Pacífico Sur, limitando la llegada de sistemas frontales y generando un déficit hídrico en gran parte de la zona central. Este fenómeno se combina con temperaturas superiores a lo habitual y una acumulación de biomasa seca, resultado de las abundantes precipitaciones registradas durante el año 2024, configurando un escenario de alto riesgo”. Sobre esto último, Paula Santibáñez, jefa del Observatorio Climático USS y académica de la carrera de Ingeniería en Recursos Naturales y Sostenibilidad, plantea que “la abundante lluvia que tuvimos durante este año, que vino a mitigar en parte los efectos de la sequía que venía arrastrando nuestro país por años, hará que este verano exista mayor vegetación seca debido a las temperaturas, convirtiéndose en material combustible, lo que incrementará significativamente la posibilidad de incendios forestales”.

Otro factor que incidirá en la ocurrencia de incendios forestales son los episodios de viento que se pronostican debido a la presencia de La Niña. “Se anticipa que las ráfagas intensas de viento combinadas con el calor y la sequedad de la vegetación crearán condiciones ideales para que los incendios se propaguen de manera descontrolada”, pronostica el informe de la USS. “Las áreas costeras y de precordillera serán las más críticas durante el verano”, agrega Paula Santibáñez. “En dichos lugares, la acumulación de vegetación seca será más pronunciada, lo que sumado a temperaturas pronosticadas por sobre la media histórica, agravará la posibilidad de ocurrencia de incendios”.

Estrategias de prevención y mitigación

El informe elaborado por el Observatorio Climático USS recomienda algunas medidas para abordar eficazmente el riesgo de incendios forestales, para lo cual “es esencial implementar un enfoque integral que combine múltiples estrategias”. Entre ellas destacan:

—– Establecer zonas de amortiguación en áreas de alto riesgo.
—– Construir cortafuegos estratégicos e instalar sistemas de captación y almacenamiento de agua.
—– Monitorear mediante el uso de sistemas avanzados las zonas críticas para generar alertas tempranas.
—– Concientizar sobre prácticas seguras mediante educación comunitaria y capacitaciones.
—– Promover la instalación de mallas protectoras y mantener un follaje frondoso en cultivos agrícolas.
—– Crear planes comunitarios de emergencia con rutas de evacuación y zonas seguras en sectores rurales.

Paula Santibáñez concluyó señalando que “este enfoque holístico permitirá mitigar los riesgos de incendios forestales, protegiendo tanto a las comunidades como a los ecosistemas vulnerables”. (Cecilia Díaz Retamales, periodista).