El almirante Juan Andrés De la Maza, comandante en jefe de la Armada de Chile, destacó que Asmar Talcahuano está capacitado para iniciar, en la próxima década, la construcción de fragatas en Chile. Según el almirante, Asmar ha sido evaluada por astilleros internacionales de renombre que se especializan en la construcción de buques de combate de alta complejidad, y los resultados han confirmado que la empresa posee la capacidad básica necesaria para asumir el desafío de fabricar unidades de combate en el futuro cercano.
Este proyecto, no obstante, depende del compromiso del Estado para desarrollar el PNCCN, lo que permitiría a Asmar superar las brechas técnicas identificadas en áreas clave como la innovación tecnológica, automatización de procesos, integración de sistemas de armas, y la capacitación de personal. Además, se necesitaría una inversión inicial significativa y la transferencia tecnológica mediante cooperación internacional.
En 2019, la Armada de Chile encargó a la Universidad Católica de Chile un estudio de factibilidad técnica y económica, que propone la construcción de fragatas de 5.200 toneladas y 132 metros de eslora. Esta opción, que se considera la mejor alternativa para reemplazar los buques de la Escuadra Nacional en el mediano plazo, contempla una velocidad máxima de 28 nudos y una vida útil de 35 años. La construcción de estas fragatas requeriría aproximadamente 3,5 millones de horas hombre y un plazo de cinco años.
El análisis realizado también comparó esta opción con la compra de buques de segunda mano, concluyendo que la construcción local es la mejor alternativa, ya que permite dejar un 30% de la inversión en Chile, generando además beneficios en términos de investigación, desarrollo e innovación tecnológica.
Asmar y la Industria Nacional
La empresa Asmar, como parte del sector de defensa, desempeña un papel fundamental en este plan. En los últimos 46 años, Asmar en la II Zona Naval Talcahuano, ha construido 35 buques para la Armada de Chile y ha adquirido una gran experiencia en la ejecución de proyectos complejos, tales como el AGS-61 Cabo de Hornos, buque de investigación oceanográfica, y el AGB-46 Almirante Viel, un rompehielos que se entregó en junio de este año y que realizará su primer viaje a la Antártida en enero de 2025.

En este momento, Asmar Talcahuano se encuentra en pleno proceso de construcción del primer buque multipropósito, el cual forma parte del proyecto Escotillón IV Fase 1. Estas unidades modernizarán las capacidades de despliegue de la Armada de Chile, tanto en operaciones militares como humanitarias. El contrato para este proyecto, por un monto de 409 millones de dólares, fue firmado en agosto de 2022 y tiene un plazo de ejecución de 100 meses. La botadura de la primera unidad está prevista para marzo de 2026, con su entrega final a la Armada proyectada para finales de 2027.
El Plan Nacional Continuo de Construcción Naval (PNCCN) constituye una de las iniciativas más significativas para la Armada de Chile, ya que tiene como objetivo renovar sus buques auxiliares, unidades logísticas y fragatas, optando por la construcción nacional en lugar de la adquisición de embarcaciones usadas en el extranjero. Este enfoque no solo fortalece la soberanía naval, sino que también fomenta la inversión y la colaboración público-privada a largo plazo.
Este programa comenzó a tomar forma durante el mando del almirante Julio Leiva, quien destacó la importancia de este proyecto en diversos foros, abogando por su implementación bajo una visión estratégica para el país. Posteriormente, el actual comandante en jefe de la Armada, almirante Juan Andrés De la Maza, lo ha integrado como uno de los pilares de su gestión.
El PNCCN busca impulsar la construcción de buques en Chile, alineados con los intereses nacionales, mediante un desarrollo planificado que optimice los recursos logísticos. Este enfoque tiene el potencial de generar empleo, promover la investigación, la innovación y el surgimiento de nuevas empresas, al mismo tiempo que deja una parte importante de la inversión dentro del país.
Actualmente, el primer buque multipropósito del proyecto Escotillón IV Fase 1 presenta un 25% de avance. La concreción de este plan permitiría a Chile dejar de depender de la compra de buques de segunda mano, los cuales, además de tener una vida útil más corta, implican mayores costos de mantenimiento y frecuentes reemplazos, lo que no resulta beneficioso para el país a largo plazo.
El proyecto ha contado con el respaldo del presidente Gabriel Boric, quien el 1 de junio solicitó a los ministerios de Hacienda, Defensa y la Armada de Chile la elaboración de una Política Nacional de Construcción Naval para los próximos años, con la colaboración de Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar), y una integración de las capacidades de los astilleros públicos y privados.
Renovación de Unidades Menores y Colaboración con la Industria Civil
Simultáneamente, la Armada de Chile, junto con la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante (Directemar), está trabajando en el desarrollo de un proyecto para la construcción de unidades menores que reemplazarán a las actuales embarcaciones de patrullaje costero. Este proceso se llevará a cabo de manera paralela al PNCCN, con el fin de renovar las unidades más antiguas de la flota.
Los astilleros civiles nacionales también juegan un papel importante en el marco de este plan, contribuyendo a la renovación de las unidades auxiliares y marítimas. En Chile, existen alrededor de 30 empresas dedicadas a la construcción de una amplia variedad de embarcaciones, desde lanchas y barcos pequeños hasta cruceros y remolcadores de alta mar.
SOJ