Australia primer país en prohibir por ley el acceso de los adolescentes a redes sociales. No podrán crear ni utilizar cuentas

Australia ha aprobado una legislación histórica que prohíbe a los menores de 16 años crear y usar cuentas en redes sociales. Esta medida tiene como objetivo proteger a los jóvenes de los posibles efectos negativos de estas plataformas en su salud mental, brindando a los padres más herramientas para salvaguardar el bienestar de sus hijos en el entorno digital.

Según la nueva ley, que entrará en vigor en aproximadamente un año, los adolescentes de menos de 16 años no podrán registrarse en redes sociales populares como Facebook, Instagram, Snapchat y TikTok. El primer ministro australiano, Anthony Albanese, destacó la importancia de esta iniciativa, asegurando que “las redes sociales están afectando a nuestros hijos, y voy a ponerle fin. Los padres y familias australianas pueden contar con el respaldo del Gobierno”.

La legislación obliga a las empresas tecnológicas a tomar «medidas razonables» para evitar que los menores accedan a estas plataformas. Si no cumplen con estas directrices, las compañías podrían enfrentar multas de hasta 50 millones de dólares australianos, lo que equivale a unos 32 millones de dólares estadounidenses.

Australia se convierte en el primer país a nivel mundial en imponer una restricción de este tipo, asignando a las empresas la responsabilidad de proteger a los menores de edad. Si bien la medida ha sido recibida con apoyo por parte de padres y organizaciones que abogan por la seguridad en línea, también ha suscitado debate sobre la efectividad de los sistemas de verificación de edad y el equilibrio entre la protección infantil y los derechos digitales.

El impacto de las redes sociales en los adolescentes es innegable. Según el portal Healthy Children, un 35% de los adolescentes entre 13 y 17 años usa de manera casi constante plataformas como YouTube, TikTok, Instagram, Snapchat y Facebook. Además, un 38% de los niños entre 8 y 12 años también accede a ellas, a pesar de que muchas exigen una edad mínima de 13 años para registrarse.

Aunque las redes sociales pueden ofrecer beneficios, como la posibilidad de conectar a los adolescentes con amigos y familiares, e incluso facilitar la exploración de su identidad, también conllevan riesgos significativos. El contenido perjudicial, como las imágenes que promueven estándares de belleza irreales, puede afectar la autoestima y la imagen corporal de los jóvenes. Además, los adolescentes se enfrentan a amenazas como el ciberacoso y la participación en retos virales peligrosos.

El uso excesivo de las redes sociales ha sido vinculado a un aumento de la ansiedad y la depresión, ya que la constante comparación con las vidas idealizadas que se muestran en estas plataformas alimenta sentimientos de insuficiencia. Los expertos sugieren que los padres mantengan una comunicación abierta con sus hijos sobre su actividad en línea, establezcan límites claros y fomenten un equilibrio saludable entre la vida digital y las actividades fuera de línea.

Por otro lado, en otros países como Suecia, se están tomando medidas para reducir el uso de dispositivos digitales en las escuelas. El Ministerio de Educación sueco ha expresado su preocupación por los efectos negativos de las pantallas en el aprendizaje y la concentración de los estudiantes. La ministra de Educación, Lotta Edholm, ha subrayado la importancia de que los niños trabajen con métodos tradicionales, como el lápiz y papel, argumentando que los entornos sin pantallas favorecen el desarrollo de habilidades fundamentales como la lectura y la escritura.

SOJ