Ya está en marcha el proceso de transformación del sistema privado de salud en Chile, presentando por La Moneda, a través de un proyecto de ley, el que pretende modificar radicalmente el funcionamiento de las Isapres. Esta iniciativa, largamente esperada, busca poner fin a prácticas como las tablas de factores y la segmentación por riesgo, estableciendo un modelo más equitativo y transparente.
Uno de los ejes centrales de esta reforma es la creación de un plan de salud común para todas las Isapres. Este plan único y comparable eliminará la posibilidad de ofrecer beneficios adicionales, asegurando que todos los afiliados tengan acceso a una cobertura básica garantizada. Para definir los alcances de este plan, se conformará un comité de expertos que asesorará al Ministerio de Salud.
Otro cambio fundamental es la eliminación de las tablas de factores, que históricamente han generado inequidades en el acceso a la salud. En su lugar, se establecerá una tarifa plana, lo que significa que todos los afiliados pagarán la misma prima, independientemente de su edad o estado de salud.
Para mitigar los riesgos financieros asociados a estos cambios, el Gobierno ha propuesto la obligatoriedad de contratar reaseguros. Sin embargo, esta medida ha generado cierta controversia, ya que podría encarecer las primas y desincentivar la competencia entre las Isapres.
Sin embargo, el reaseguro, explicaron distintos expertos, supone un costo adicional para el sistema, dado el doble pago que implica. “Por sí solo (el reaseguro), encarecerá el sistema y, sin una redistribución clara de los riesgos, puede que las isapres inevitablemente busquen alzas en las primas para todos los usuarios, afectando principalmente a quienes hoy se encuentran en mejores condiciones de salud”, escribió en un análisis el exsuperintendente de Salud, Patricio Fernández.
La libre movilidad de los afiliados entre las Isapres y Fonasa es otro aspecto relevante de la reforma. Si bien esta medida busca fomentar la competencia y mejorar la calidad de los servicios, también plantea el riesgo de una selección adversa, es decir, que las personas con mayores necesidades de salud se concentren en un solo sistema.
Selección adversa
Junto con el financiamiento, lo que más preocupa en la industria es un eventual fenómeno de selección adversa, esto es, el fenómeno que se produce “cuando personas con mayor riesgo de requerir atención médica, potencialmente se afilian en masa al sistema, mientras que los afiliados sanos optan por no ingresar”, según Patricio Fernández.
La iniciativa también permite que, todos los años, en junio, los afiliados a una isapre puedan cambiarse a otra. Y, del mismo modo, ese mismo mes, los cotizantes de Fonasa podrían contratar un plan común de salud en una institución privada. Para Fernández, la principal falencia del proyecto está en la falta de medidas para mitigar esa posible la selección adversa.
En algunas isapres, hay coincidencia con ese análisis. “Los afiliados siempre están buscando oportunidades”, dice un directivo, y con usuarios de mayor riesgo migrando al sistema privado, las finanzas de las empresas podrían no dar abasto.