La empresa eléctrica Colbún enfrenta un nuevo revés en su ambicioso proyecto eólico Junquillos. Ubicado en la comuna de Mulchén, en la Región del Biobío, este parque eólico, con una capacidad proyectada de 472,5 MW, se ha visto envuelto en una serie de controversias que han retrasado su implementación.
La postergación y sus razones
La última solicitud de extensión de plazo por parte de Colbún al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) se debe, según la empresa, a la necesidad de profundizar en el proceso de consulta indígena. Esta decisión ha generado interrogantes sobre la real voluntad de la compañía de avanzar con el proyecto y ha reavivado las críticas de las comunidades locales.
472,5 MW de energía limpia a través de 63 aerogeneradores, cada uno con una capacidad nominal de 7,5 MW. La energía generada será evacuada a través de una red subterránea de 33 kV hacia la Subestación elevadora Junquillos, que elevará la tensión a 220 kV, para luego conectarse con la subestación Mulchén. El proyecto compromete una inversión de US$ 570 millones.
Si bien la consulta indígena es un aspecto fundamental en cualquier proyecto que afecte a pueblos originarios, la repetida postergación del proyecto ha generado suspicacias sobre si este es un pretexto para ganar tiempo o si refleja una verdadera dificultad en avanzar en el diálogo con las comunidades.
Desafíos y conflictos
Más allá de la consulta indígena, el proyecto Junquillos enfrenta una serie de desafíos y conflictos que han generado tensiones entre la empresa, las comunidades locales y las autoridades. Entre los principales puntos de fricción se encuentran:
- Impacto ambiental: Las comunidades temen que el proyecto genere un impacto negativo en el medio ambiente, afectando la calidad del aire, el agua y los suelos. Además, existe preocupación por el ruido generado por los aerogeneradores y sus posibles efectos en la fauna local.
- Impacto sociocultural: La construcción del parque eólico podría afectar sitios sagrados para la comunidad mapuche y alterar el paisaje cultural de la zona.
- Beneficios para la comunidad: Las comunidades locales demandan que Colbún se comprometa a generar beneficios concretos para la zona, como la contratación de mano de obra local, la inversión en infraestructura y el desarrollo de programas de capacitación.
Un contexto más amplio
La situación del proyecto Junquillos se inscribe en un contexto más amplio, marcado por la creciente tensión entre el desarrollo de proyectos de energía renovable y la defensa del medio ambiente y los derechos de las comunidades locales. En Chile, como en muchos otros países, la transición energética hacia fuentes renovables plantea desafíos importantes en términos de planificación territorial, participación ciudadana y respeto por los derechos de los pueblos indígenas.
El futuro del proyecto
El futuro del proyecto Junquillos es incierto. Si bien Colbún ha manifestado su compromiso con el desarrollo de energías renovables, las constantes postergaciones y los conflictos con las comunidades locales ponen en duda la viabilidad del proyecto en su forma actual.
Será fundamental que todas las partes involucradas -empresa, comunidades, autoridades- encuentren un punto de encuentro que permita avanzar en el proyecto de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente y los derechos de las personas. Esto implica un diálogo abierto y sincero, una evaluación exhaustiva de los impactos potenciales del proyecto y la búsqueda de soluciones que beneficien a todas las partes.