Más de 200 pequeños y medianos productores agrícolas de la región del Biobío dieron un salto hacia la fruticultura 4.0 gracias al proyecto Agroceler. Esta iniciativa, financiada por el Fondo de Innovación para la Competitividad y ejecutada por la Universidad Andrés Bello, transfirió e implementó tecnología en los predios para mejorar procesos, trazabilidad y oportunidades de negocio.
Enfrentando los desafíos del cambio climático
El proyecto cobró especial relevancia en un contexto marcado por el cambio climático, con sequías, incendios forestales e inundaciones que han impactado fuertemente a los productores. Agroceler se convirtió en una herramienta para enfrentar estos desafíos y potenciar la competitividad del sector.
Frutillas, arándanos, cerezas y frambuesas: los protagonistas
En la provincia de Concepción, 93 pequeños productores de frutillas recibieron apoyo. En la provincia del Biobío, se beneficiaron 107 productores de arándanos, cerezas y frambuesas, de los cuales el 85% eran pequeños y el 15% medianos.
Trazabilidad, capacitaciones y asociatividad: claves para el éxito
Uno de los principales logros de Agroceler fue la mejora en la trazabilidad de los procesos, lo que aumenta las posibilidades de certificación y abre nuevos canales de comercialización. Además, se realizaron capacitaciones en manejo de químicos y desarrollo organizacional, fomentando el trabajo asociativo y la formalización.
“Nos quedamos con un tremendo trabajo realizado y con muchas cosas que podemos hacer con los agricultores con los que hemos trabajado”, señaló Alejandro San Martín, director de proyecto Agroceler. «Tenemos expectativas para transferir a la comunidad y que esto no termine hoy, sino que sea el comienzo de algo nuevo», agregó.
Un nuevo nivel de productividad para llegar a nuevos mercados
Carlos González, vicerrector de la sede Concepción UNAB, destacó que este tipo de proyectos «son la forma que tenemos de vincularnos con el entorno, de acompañar el desarrollo regional de los pequeños fruticultores que han tenido acceso a herramientas que no estaban a su alcance». «La tecnología ha llegado a su casa para llevarlos a un nuevo nivel de productividad que les permita llegar a mercados escasos o esquivos hasta ahora», afirmó.
Agregando valor y diversificando la oferta
Para los medianos productores, el programa incluyó tecnologías de alta especialización en la cadena productiva, como cosechadoras automatizadas y sistemas de reconocimiento óptico. Estas innovaciones han incrementado la productividad y competitividad en el mercado.
Además, se desarrollaron nuevas líneas de productos derivados de berries y cerezas, como aguas saborizadas y barras de cereal, gracias a un laboratorio piloto de alimentos.
Una plataforma para conectar con nuevos compradores
Se estableció una plataforma de Marketplace (www.biofrutas.cl) que actúa como vitrina virtual para los productores beneficiarios, facilitando la comercialización de sus productos.
“La plataforma creada nos ofrece la oportunidad de llegar a nuevos compradores, asistir a charlas y capacitaciones, y recibir apoyo en el terreno”, afirmó Jenny González, una de las beneficiarias del proyecto en Santa Juana. “Es una excelente oportunidad, ya que no tenemos los recursos para contratar profesionales que nos ayuden”.
Agroceler: un impulso hacia el futuro de la fruticultura
Esta iniciativa se suma a otros esfuerzos para fortalecer la agricultura en el Biobío. El objetivo es posicionar a la región como un referente en la producción de frutas de alta calidad y competitividad en el mercado global.
