Tres aviones de combate rusos violaron el espacio aéreo de Estonia este viernes, un incidente que la Unión Europea calificó como una «provocación extremadamente peligrosa». La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) respondió de inmediato, interceptando a los cazas, en una acción que se suma a una serie de incursiones rusas en el territorio de países miembros de la alianza en las últimas semanas.
Una incursión «sin precedentes»
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Estonia informó que los tres aviones MIG-31 rusos permanecieron en su espacio aéreo sobre el Golfo de Finlandia durante 12 minutos. El jefe de la diplomacia estonia, Margus Tsahkna, calificó el acto como una «desfachatez sin precedentes», y recordó que es la cuarta vez este año que Rusia viola el espacio aéreo del país.
«Este tipo de actos no pueden tolerarse y deben sancionarse con medidas políticas y económicas rápidas», escribió el canciller en la red social X. La portavoz de la OTAN, Allison Hart, confirmó la intercepción de los cazas rusos con tres F-35 italianos, calificando el comportamiento de Moscú como «imprudente».
Reacciones y el contexto de la escalada
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, manifestó el apoyo de la UE a Estonia, mientras que la jefa de la diplomacia del bloque, Kaja Kallas, destacó que es la tercera violación de un espacio aéreo europeo en menos de dos semanas. A principios de septiembre, Polonia denunció que derribó 19 drones rusos que incursionaron en su territorio, y días después, Rumania también reportó una violación de su espacio aéreo por un dron ruso.
El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Andrii Sibiga, calificó lo sucedido como «otra escalada rusa» y una «amenaza directa para la seguridad transatlántica». Los países bálticos, al no tener una fuerza aérea propia, dependen de sus aliados de la OTAN para vigilar sus cielos. Actualmente, esta misión está a cargo de la aviación italiana.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha sido acusado de poner a prueba la determinación de Occidente, mientras los líderes europeos y la OTAN reiteran su postura de no mostrar debilidad frente a las provocaciones de Moscú.
SOJ