Texas Despierta en la Pesadilla: Inundaciones Repentinas Cobran 27 Vidas y Dejan un Campamento de Niñas en el Corazón de la Tragedia


El corazón de Texas Hill Country se ha convertido en el epicentro de una catástrofe sin precedentes. Inundaciones repentinas, desatadas por lluvias torrenciales que cayeron sin aviso durante la noche, han segado la vida de al menos 27 personas, incluyendo una dolorosa cifra de nueve menores de edad. La comunidad, que amaneció bajo el shock y la devastación, se aferra a la esperanza mientras equipos de emergencia intensifican una búsqueda contrarreloj en medio del lodo y la desesperación.

«Hasta ahora hemos evacuado a 850 heridos y hemos rescatado 27 cuerpos. De estos, 18 son adultos y nueve menores», confirmó este sábado por la mañana el sheriff Larry Leitha en una conferencia de prensa que puso cifras al horror.

La tragedia golpeó con particular virulencia al Campamento Mystic, un retiro de verano cristiano que acogía a unas 750 jóvenes. La preocupación se disparó cuando más de 20 menores fueron reportadas como desaparecidas. En medio de la angustia, un rayo de esperanza emergió: Silvana Garza Valdez y María Paola Zárate, dos mexicanas de 19 años participantes del campamento, fueron halladas con vida, una noticia confirmada por Univisión que alivió a sus familias, quienes habían difundido sus fotos desesperadamente en redes sociales. Sin embargo, la búsqueda de otras menores continúa sin descanso.

La Furia del Agua: Una Noche de Terror Sin Aviso

El estado de Texas enfrenta una de las peores emergencias climáticas del año. Las precipitaciones alcanzaron los 25 centímetros, desatando crecidas fulminantes que arrastraron todo a su paso. El río Guadalupe, hinchado hasta límites insospechados, mostró su brutal fuerza: un medidor de nivel en Hunt registró un ascenso vertiginoso de 6.7 metros en solo dos horas, antes de colapsar al alcanzar los 9 metros.

«El agua se mueve tan rápido que no te darás cuenta de lo mala que es hasta que la tengas encima», advirtió el meteorólogo Bob Fogarty del Servicio Meteorológico Nacional, una premonición que se hizo realidad para cientos de personas.

La oscuridad de la noche, sumada a una alarmante ausencia de sistemas de alerta, agravó la situación. El juez Rob Kelly, máxima autoridad electa del condado, reconoció con crudeza la falta de preparación: «No tenemos un sistema de alerta». Y ante la pregunta sobre medidas preventivas adicionales, su respuesta fue elocuente: «No se preocupen, nadie sabía que se avecinaba este tipo de inundación». La alerta de inundación se activó tarde, durante la noche, para al menos 30.000 personas, pero en muchos puntos, las precipitaciones ya habían superado cualquier previsión.

Héroes y Testimonios: La Lucha por Sobrevivir

En medio de la devastación, la resiliencia humana y la labor incansable de los equipos de rescate brillan. Compuestos por al menos 400 personas, con nueve equipos de rescate terrestre, 14 helicópteros y 12 drones, lograron salvar a 237 personas, de las cuales 167 fueron evacuadas por aire. Algunas víctimas fueron arrancadas de árboles, mientras la angustiante búsqueda de los no localizados persiste.

Los testimonios de los sobrevivientes pintan un cuadro de terror y coraje. Erin Burgess, residente de Ingram, relató cómo ella y su hijo de 19 años se aferraron a un árbol durante una hora, mientras la corriente se llevaba a su pareja y a su perro, quienes, milagrosamente, lograron reencontrarse después. “Por suerte, mide más de 1,80 metros. Eso fue lo único que me salvó: aferrarme a él”, explicó Burgess, aún con la voz quebrada.

En otro estremecedor relato, Barry Adelman, de 54 años, describió cómo el agua invadió su casa de tres pisos, forzando a toda su familia –incluida su abuela de 94 años y su nieto de 9– a refugiarse en el ático. “Tenía que mirar a mi nieto a la cara y decirle que todo iba a estar bien, pero por dentro estaba muerto de miedo”, confesó Adelman, evocando la impotencia de la situación.

Las autoridades locales y estatales han confirmado que las víctimas mortales fueron localizadas en casas anegadas, vehículos arrastrados por la corriente y zonas rurales que quedaron incomunicadas tras la brutal crecida de los ríos.

Una Geografía Peligrosa y un Impacto Regional

Austin Dickson, director ejecutivo de la Fundación Comunitaria de Texas Hill Country, explicó la vulnerabilidad inherente de la región. La delgada capa de suelo impide la absorción del agua, que se desliza colina abajo, transformando el área en el valle fluvial más peligroso de Estados Unidos. Una paradoja trágica para una economía local que depende en gran medida del turismo fluvial y de los campamentos de verano, que atraen a niños de todo el país. “Generalmente es un río muy tranquilo con aguas cristalinas realmente hermosas que han atraído a la gente durante generaciones”, señaló Dickson.

El impacto de las tormentas no se limitó a Texas. En Nueva Jersey, el clima severo también dejó su huella, provocando la muerte de al menos tres personas, entre ellas dos hombres en Plainfield que fallecieron cuando un árbol cayó sobre su vehículo. Las autoridades locales incluso se vieron obligadas a suspender el desfile, el concierto y el espectáculo de fuegos artificiales del 4 de julio, ensombreciendo las celebraciones de la independencia.

Texas, y otras regiones afectadas, enfrentan ahora la ardua tarea de la recuperación, mientras la búsqueda continúa y la comunidad asimila la magnitud de la tragedia.

SOJ