Las elecciones presidenciales en Ecuador se desarrollaron en un contexto de alta polarización, con una participación que superó el 83% y un fuerte despliegue de seguridad debido al «conflicto armado interno» que el presidente Daniel Noboa instauró hace un año para enfrentar el crimen organizado y la creciente violencia en el país. Las fuerzas policiales y militares estuvieron presentes de manera masiva, reflejando la tensión que ha marcado este proceso electoral.
El resultado de la contienda se definirá en una segunda vuelta el próximo 13 de abril, en la que se enfrentarán nuevamente el actual presidente y candidato a la reelección, Daniel Noboa, y la aspirante del correísmo, Luisa González. Ambos ya se habían medido en el balotaje de las elecciones extraordinarias de 2023. En los comicios de este domingo, los dos candidatos concentraron el 88,27% de los votos válidos, lo que confirma la polarización que ha dominado la campaña, donde, pese a la presencia de otros catorce candidatos, la competencia real se redujo a ellos dos.
Con el 83,75% de los votos escrutados, Noboa, del partido Acción Democrática Nacional (ADN), logró el 44,63% de los votos válidos, mientras que Luisa González alcanzó el 43,81%. A pesar de que un sondeo de boca de urna había proyectado una posible victoria de Noboa en la primera vuelta, los primeros resultados mostraron que no logró superar el umbral del 50% necesario para ganar sin una segunda vuelta.
Otras candidaturas muy lejanas
En tercer lugar quedó Leonidas Iza, el candidato del movimiento indígena Pachakutik, con un 4,92% de los votos, seguido por la activista ambiental Andrea González Náder (Sociedad Patriótica) con un 2,71%. Los otros doce candidatos no lograron ni siquiera el 1% de los votos.
Este resultado resalta la polarización política en Ecuador, donde Noboa se ha consolidado como el líder del anticorreísmo, enfrentándose al legado progresista del expresidente Rafael Correa. A pesar de la ausencia de Correa, el correísmo sigue contando con una base leal de votantes que ha logrado atraer a quienes están descontentos con el actual gobierno. En la segunda vuelta de 2023, Noboa había derrotado a González en las elecciones extraordinarias, sorprendiendo al país al ganar la contienda que completaba el mandato 2021-2025, tras la salida anticipada de Guillermo Lasso.
Para González, estos resultados son un hito para el correísmo, ya que representan el mejor desempeño sin la presencia de Correa como candidato, quien se encuentra refugiado en Bélgica después de haber sido inhabilitado políticamente y condenado por corrupción en 2020. En las últimas elecciones, el correísmo había obtenido porcentajes más bajos: 39,96% con Lenín Moreno en 2017, 32,72% con Andrés Arauz en 2021 y 33,61% con González en 2023.
La candidata del correísmo celebró estos resultados como una «gran victoria» y destacó la difícil situación a la que se enfrentó. «Nos enfrentamos a un ‘candidato-presidente’ que utilizó recursos del Estado para su campaña», acusó González, criticando lo que consideró una violación de las normativas legales. Se refirió, en particular, a la decisión de Noboa de no solicitar licencia para hacer campaña y, en su lugar, nombrar a una vicepresidenta interina por decreto, una acción que fue cuestionada por la Corte Constitucional.
A lo largo del proceso electoral, González fue la primera en denunciar irregularidades y acusó al Consejo Nacional Electoral (CNE) de no haber tomado medidas frente a lo que ella percibió como un trato preferencial hacia Noboa. Por otro lado, en el campamento de ADN, las celebraciones previstas fueron suspendidas y no hubo declaraciones de los líderes oficialistas, generando un ambiente de incertidumbre.
Respecto a la Asamblea Nacional, los resultados preliminares indican que el Legislativo también quedará dividido, con bloques importantes tanto para ADN como para el correísmo. En vista de la segunda vuelta, será clave el apoyo que los dos principales candidatos logren recibir de otros sectores minoritarios, especialmente de Leonidas Iza, quien ya ha recibido llamados a la unidad por parte de González.
Este proceso electoral ha sido uno de los más tensos y polarizados en la historia reciente del país, marcado por la creciente inseguridad y violencia, lo que le ha dado una mayor relevancia a estos comicios.
SOJ