Chile retira a su embajador en Caracas, Jaime Gazmuri, por “fraude electoral” de Maduro

* Con apenas tres días para la investidura presidencial, la situación diplomática del régimen de Maduro refleja las dificultades para normalizar relaciones en un contexto político cada vez más polarizado. Mientras algunos gobiernos buscan mantener canales de comunicación, otros adoptan posturas más contundentes para presionar por un cambio político en el país sudamericano.

Chile comunicó el fin de la misión de Jaime Gazmuri como embajador en Caracas, Venezuela, denunciando un “fraude electoral” en las elecciones presidenciales venezolanas del pasado 28 de julio, en las que Nicolás Maduro aseguró ser reelegido para un tercer mandato. “Esta medida responde a la evolución de los hechos a partir de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 en Venezuela, tras las cuales Nicolás Maduro ha asegurado que seguirá siendo el Presidente del país desde el 10 de enero, como resultado del fraude electoral perpetrado por su régimen”, expresó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile en un comunicado. El Gobierno de Chile expresó su deseo de que Venezuela retome la senda de la democracia y la protección de los derechos humanos, valores que consideran ausentes en el país sudamericano.

Hasta ahora, Chile había intentado mantener una postura de diálogo con el régimen de Maduro, pero la falta de avances concretos en la resolución de la crisis política y las denuncias de fraude han llevado a la decisión de dar por concluida la misión de Gazmuri. Pero la decisión de Chile no es un hecho aislado en la región. Este lunes 6, Paraguay también adoptó medidas drásticas al exigir la salida del embajador venezolano Ricardo Capella y del personal diplomático acreditado en Asunción. Esto sucedió tras la ruptura de relaciones anunciada por el Gobierno de Maduro en respuesta al respaldo del Presidente paraguayo, Santiago Peña, al opositor Edmundo González Urrutia, quien reivindica haber ganado las elecciones de julio.

Peña expresó su apoyo a González Urrutia en una conversación telefónica que desató la furia del régimen venezolano, que acusó a Paraguay de “ignorar el derecho internacional” y seguir prácticas intervencionistas reminiscentes del extinto Grupo de Lima. Con apenas tres días para la investidura presidencial, la situación diplomática del régimen de Maduro refleja las dificultades para normalizar relaciones en un contexto político cada vez más polarizado. Éste no es el primer enfrentamiento de Venezuela con otros países de la región: en 2019 ya había roto relaciones con Estados Unidos y varios gobiernos latinoamericanos, debido a su respaldo a Juan Guaidó como Presidente interino.

La región se mantiene a la expectativa de lo que pueda ocurrir el 9 de enero, fecha en la que la oposición venezolana ha convocado marchas en todo el país para oponerse a la investidura de Maduro. En julio, el anuncio de la reelección del heredero político de Hugo Chávez desató protestas que dejaron 28 muertos, 200 heridos y más de 2.400 detenidos, incluidos adolescentes, acusados de terrorismo y encerrados en prisiones de máxima seguridad. (Por Luis Tejada Yepes, analista geopolítico y escritor).