Chile y Perú: Dos enfoques opuestos ante la migración ilegal que ingresó por pasos clandestinos. El país vecino los expulsa y el gobierno chileno los regulariza

Mientras Chile avanza en el altamente cuestionado proceso de regularización migratoria para cientos de miles de extranjeros que ingresaron al país de manera irregular, Perú ha optado por una postura más restrictiva, expulsando a quienes no puedan acreditar su identidad. Esta divergencia de políticas ha generado un intenso debate sobre la mejor manera de abordar el fenómeno migratorio en la región.

Chile: Regularización y oportunidades

El gobierno chileno, liderado por Gabriel Boric, ha implementado un proceso de regularización acotada que busca otorgar permisos de residencia temporal a aproximadamente 182.000 migrantes que ingresaron al país por pasos no habilitados. La iniciativa, aunque ha sido criticada por algunos sectores, busca integrar a estas personas al mercado laboral y brindarles acceso a servicios básicos.

El subsecretario del Interior, Luis Cordero, ha defendido esta medida argumentando que es necesaria para conocer la realidad migratoria del país y fomentar la seguridad. Además, ha destacado que Chile es uno de los países de la región que menos regularizaciones ha realizado, a pesar de enfrentar un flujo migratorio significativo.

Perú: Tolerancia cero y expulsión

Por su parte, el gobierno peruano ha adoptado una postura más rígida, aprobando una ley que permite la expulsión de extranjeros que no puedan identificarse ante las autoridades. Esta medida busca disuadir la migración irregular y reforzar el control fronterizo.

Sin embargo, expertos en migración han advertido que esta política podría generar un aumento de la migración irregular hacia otros países de la región, como Chile. Además, han cuestionado la efectividad de las expulsiones masivas como solución a un problema complejo. Además los expertos han manifestado que se estaría premiando a quienes primero ingresaron ilegalmente por los pasos abiertos y sin resguardos que el gobierno mantiene en el norte del país y, segundo, son personas que dado que incumplieron con la ley chilena podrían haber delinquido en territorio chileno.

Un debate polarizado

La divergencia entre las políticas migratorias de Chile y Perú refleja un debate global sobre cómo abordar los desafíos planteados por la migración irregular. Por un lado, están aquellos que abogan por una mayor regularización y la integración de los migrantes, argumentando que esto beneficia tanto a los migrantes como a las sociedades de acogida. Por otro lado, están quienes defienden políticas más restrictivas, basadas en la seguridad nacional y la protección de los intereses de los ciudadanos.

¿Cuál es el camino a seguir?

Tanto Chile como Perú enfrentan desafíos significativos en este ámbito, y es fundamental que ambos países trabajen en conjunto y colaborativamente con otros actores regionales en Sudamérica para encontrar soluciones sostenibles.

SOJ