En medio de crecientes tensiones diplomáticas, altos funcionarios y aliados del presidente Donald Trump intensificaron sus críticas al mandatario ucraniano Volodymyr Zelenskyy durante su visita a Washington, donde buscaba asegurar el continuo apoyo de Estados Unidos en la defensa de su país contra la invasión rusa. Siguiendo la línea marcada por Trump, influyentes miembros de la Casa Blanca y del Congreso utilizaron diversas plataformas mediáticas para insistir en que Zelenskyy debía mostrar mayor gratitud por la asistencia estadounidense y considerar concesiones a Rusia como vía para poner fin al conflicto. Algunos, incluso, sugirieron que el líder ucraniano debería evaluar su permanencia en el cargo, pese al sólido respaldo que aún mantiene entre la población de su país.
Las críticas se intensificaron después de la reunión que Zelenskyy sostuvo en el Despacho Oval con Trump y el vicepresidente JD Vance, un encuentro tenso que terminó con la cancelación de un acuerdo económico entre Washington y Kiev. Esta decisión profundizó la incertidumbre sobre el futuro de la relación bilateral y sobre las posibilidades de una resolución diplomática para la guerra iniciada en febrero de 2022. Mike Waltz, asesor de seguridad nacional y ex congresista que en el pasado elogió a Zelenskiy comparándolo con Winston Churchill, se mostró ahora mucho más escéptico. «El comportamiento de Zelenskiy en la Casa Blanca fue increíblemente irrespetuoso», declaró Waltz. Al preguntarle sobre su comparación con Churchill, recordó que el ex primer ministro británico fue relevado del poder en los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial. «Churchill fue un líder clave para un momento determinado, pero no logró llevar a Inglaterra a la siguiente fase. No está claro si Zelenskiy está listo para conducir a Ucrania hacia el fin de la guerra y aceptar los compromisos necesarios», añadió.
Desde el Congreso, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, fue más allá al sugerir que el liderazgo de Zelenskiy podría estar en cuestión. «O bien necesita ajustar su postura y volver a la mesa con una actitud más constructiva, o tal vez alguien más deba asumir la responsabilidad de hacerlo», afirmó. «Eso lo decidirán los ucranianos, pero lo que está claro es que nuestra política debe basarse en la paz a través de la fuerza». La directora de inteligencia nacional de Trump, Tulsi Gabbard, calificó la reunión como un obstáculo significativo en la relación bilateral y criticó a Zelenskiy por negar haber cometido errores en su encuentro con el mandatario estadounidense. «Antes de que Trump esté dispuesto a considerar una nueva ronda de negociaciones, tendrá que haber una reconstrucción genuina de la confianza», sentenció Gabbard.
Mientras Zelenskiy enfrentaba este aluvión de presiones desde Washington, en Londres buscaba fortalecer los lazos con los aliados europeos. El primer ministro británico, Keir Starmer, reafirmó su compromiso con Ucrania, anunciando un paquete de financiamiento por 1.600 millones de libras (2.000 millones de dólares) para la entrega de 5.000 misiles antiaéreos. Sin embargo, el apoyo a Zelenskiy dentro del Congreso estadounidense parece estar debilitándose. La mayoría de los legisladores republicanos se alinearon con la postura de la Casa Blanca, aunque hubo voces disidentes. La senadora Lisa Murkowski, una de las pocas republicanas que han desafiado públicamente a Trump, expresó su preocupación por la política exterior del gobierno. «Me enferma ver cómo nos alejamos de nuestros aliados mientras nos acercamos a Putin, quien representa una amenaza para la democracia y nuestros valores», escribió en X.
El senador James Lankford también rechazó las sugerencias de que Zelenskiy debería dimitir, advirtiendo que una medida de ese tipo solo «sumiría a Ucrania en el caos». Por su parte, el senador independiente Bernie Sanders condenó la actitud de la administración Trump, afirmando que «millones de estadounidenses están avergonzados» por la falta de apoyo a un país que lucha por su supervivencia. «Nuestro deber es mantener el liderazgo democrático que hemos ejercido durante 250 años, no darle la espalda a una nación en crisis», concluyó Sanders. La tensión entre Washington y Kiev deja un panorama incierto para el futuro de la guerra. Mientras Zelenskiy intenta garantizar el respaldo internacional para resistir la agresión rusa, la administración Trump parece cada vez más inclinada a replantear la estrategia de Estados Unidos en la región, lo que podría redefinir el curso del conflicto en los próximos meses.
Por Luis Tejada Yepes, analista geopolítico, escritor