Los desafíos de la parlamentaria en Biobío


Las elecciones municipales y gobernadores de este año, han relevado mucho más que el simple resultado de una contienda política: han expuesto el pulso de una ciudadanía en constante transformación. Más allá de los números y los escaños ganados o perdidos, estas elecciones reflejaron un mosaico de prioridades, temores y aspiraciones.
Un aspecto que merece especial atención es la participación ciudadana. No cabe duda que el retorno al voto obligatorio, registró un incremento notable en la asistencia a las urnas, particularmente, entre jóvenes y sectores tradicionalmente marginados. Este fenómeno es un triunfo a la democracia, pero no una prueba contundente de que el desencanto con las instituciones no ha alcanzado niveles irreversibles.

En el escenario político actual, el peso de las figuras públicas en las próximas elecciones parlamentarias en el distrito 20 del Biobío es innegable y plantean varias interrogantes ¿Cómo afecta esto al debate democrático? ¿Es una oportunidad para conectar con sectores desilusionados del electorado?.
Bajo esta lógica aparecen personalidades como los ex candidatos a Gobernador, Fernando Peña (RP), Javier Sandoval (PI) o el ex candidato al sillón alcaldicio de Concepción, James Argo (RP). Estos tres actores, si bien cuentan con un reconocimiento, por si solos no garantizan la capacidad de gobernar ni una visión clara de políticas. Más bien, en base a su estilo, se podría tratar de atracción de titulares y generación de controversias, una cuestionable polarización que termine superando la importancia de las propuestas concretas.

El caso de los parlamentarios en ejercicio que buscarán la reelección como Marlene Pérez (IND-UDI) y Eric Aedo (DC) tiene una tarea no menor: recordar por qué están en esas posiciones, convencer a las y los votantes que no se han desconectado por completo de la realidad de sus distritos. En el caso de Aedo, aparte del tormento que podría significar la postulación a diputado del ex alcalde de Concepción y compañero de partido, Álvaro Ortiz, debe despejar la crítica en torno a que su preocupación se ha concentrado en mantener la posición política en vez de cumplir con sus promesas electorales. Golpear en el suelo al presidente Gabriel Boric y al Gobernador de la Región del Biobío, Rodrigo Díaz, a todas luces resulta insuficiente.
En este ecosistema, figuras de alto conocimiento público como la ex consejera Regional del Biobío, Alicia Yáñez (PPD) y el ex candidato a alcalde por San Pedro de la Paz, René Betanzo (IND), podrían traer ese aire fresco a la carrera parlamentaria y ofrecer no solo perspectivas innovadoras que desafíen el statu quo, sino un proyecto político capaz de inspirar a una ciudadanía desencantada.
De cara al futuro, la presencia de figuras públicas en las próximas elecciones parlamentarias aporta una ventaja inmediata: el reconocimiento. En una época donde los votantes son bombardeados con información, ser una cara conocida puede enriquecer el debate o empobrecerlo. Lo concreto, es que la democracia no debe ser un concurso de popularidad, sino una herramienta para construir sociedades más justas y equitativas.


Javier Bastías Pino

Analista político, Periodista y Licenciado en Comunicación Social