División Política Administrativa y demanda de nueva región

En los  intentos fallidos en materia Constitucional, en que «la política no estuvo a la altura del debate»,  uno de los grandes pendientes, que fue sujeto de una intensa discusión y que  supone un grave riesgo, posponer y procrastinar,  es el diseño político e institucional de la descentralización, desde un necesario ajuste en la división política y administrativa, para reemplazarla por una que atienda con pertinencia y en forma oportuna las demandas de los territorios desatendidos y en justa sensación de un trato desequilibrado, para generar equilibrios políticos y unidades administrativas que logren orientar y movilizar sus capacidades hacia objetivos de desarrollo, que promuevan  el aumento de las posibilidades de las personas y comunidades para  desarrollar sus proyectos de vida, para alcanzar su máxima realización material y espiritual.

  En la misma línea se requiere  pensar un diseño institucional, político, administrativo y fiscal que logre marcos de autonomía que sin romper con la unidad y estabilidad de un Estado Unitario, habiliten a los órganos subnacionales descentralizados del Estado, para pasar de órganos administrativos, con competencias bastante limitadas y limitantes a constituirse en verdaderos agentes del desarrollo. Un desarrollo equilibrado y justo capaz de articular y movilizar capacidades para alcanzar territorios aptos para el progreso, entendido como la mejora de la condición humana.

No se trata de una proclama política, en la  búsqueda de apelar emocionalmente a los chilenos, que habitamos comunas y localidades de regiones y provincias que demandan mayor justicia territorial en una pulsión reivindicatoria y emancipadora.
Se trata de reformas equilibradas con pertinencia técnica que permitan ampliar competencias y fortalecer a los órganos subnacionales descentralizados del Estado en el contexto de una estrategia de desarrollo para Chile, que nos permita movilizar las capacidades económicas de un país que explote sus potencialidades productivas y exportadoras y que lo hace con sentido de justicia territorial, que promueva la cohesión y la paz social y que aborde los retos que impone el siglo XXI en materia climática y para administrar los cambios  disruptivos, que alcanzan las  formas de vida y de producir de las personas, orientándolos a la maximización de las oportunidades, sin descuidar los derechos fundamentales del ser humano.

Cerrando brechas a partir del traspaso de competencias, en materias de mayor pertinencia. Y en materia fiscal y de política comparada con los países OCDE que evidencian un desarrollo más avanzado, qué alcanzan niveles de gasto fiscal descentralizado de sobre el 30% del presupuesto del Estado, en relación a nuestro 14 o 15% del gasto fiscal.

 El alcalde José Pérez, tiene razón y responde a una legítima pulsión y demanda de los angelinos y angelinas que exigen mayor justicia territorial y que no cabe duda, ven todas las capacidades instaladas para gestionar con pertinencia, bastante mejor sus propias decisiones, sin tutelaje para promover su propio desarrollo. Probablemente si consideráramos las variables como población, de factores económicos, productivos, geográficos y sociales, la provincia de Bio Bío reúne muy sobradamente todas las condiciones y capacidades para ser una región, incluso por sobre otras ya creadas a la fecha.

Y pese a que Bio Bío con justicia requiere abordar enormes retos, en materia de conectividad, transporte, desarrollo urbano y rural, ampliar sus oportunidades y mejorar equilibrios sociales y ambientales.  El país no debiera seguir discutiendo desagregada mente esas demandas, pese a su pertinencia y legitimidad, sin un debate de fondo, sobre un rediseño de la división política y administrativa y una nueva agenda de descentralización, para responder con mayor eficiencia y eficacia a las demandas de los territorios y para gestionar el desarrollo.

Sin embargo creo hay que agradecer y relevar el compromiso de José Pérez con la descentralización y el aporte a  la apertura de un debate urgente y necesario, de un representante popular de gran trayectoria y regionalista de tomo y lomo que nos  invita generosamente a discutir un insoslayable tema de fondo.

* Augusto Parra Ahumada, Presidente de Biobío en Marcha FREM