En una exhaustiva inspección en el Puente Juan Pablo II, Óscar Ferrel, Jefe de Infraestructura y Transporte de la Gobernación del Biobío, destacó la complejidad de los desafíos que enfrenta el Gran Concepción, enfatizando la necesidad apremiante de abordarlos con prontitud. Más allá de las habituales congestiones, Ferrel señaló que las lluvias matutinas han exacerbado los puntos problemáticos previamente identificados.
Durante la revisión en el Puente Juan Pablo II, Ferrel hizo hincapié en la urgencia de restablecer la restricción vehicular por parte del Gobierno, como una medida para aliviar la presión generada por los atascos que afectan diariamente a miles de personas en la región.
«Nos encontramos en semanas sumamente desafiantes. A pesar del regreso de estudiantes y trabajadores, la congestión evidente resalta nuestra vulnerabilidad en términos de infraestructura», expresó Ferrel.
El representante del Gore destacó que el puente, inaugurado durante el gobierno del presidente Eduardo Frei Montalva, muestra claros signos de deterioro y requiere una reparación inmediata. Además, señaló otros puntos críticos, como la falta de una oreja en el Puente Patricio Aylwin, la saturación del Puente Llacolén y los problemas pendientes en el Puente Industrial.
«Contamos con una red frágil. Esto, sumado a los trabajos en curso en calle Carrera, complica aún más la situación», agregó.
Ferrel enfatizó la necesidad de implementar medidas, destacando la restricción vehicular como una de las principales entre ellas. «La fragilidad de nuestra infraestructura nos obliga a limitar el tráfico, de lo contrario seguiremos enfrentando problemas difíciles de manejar. La ciudadanía está al límite», afirmó.
Durante la inspección, Ferrel constató que la infraestructura continúa deteriorándose, incluso con la circulación de camiones, lo cual está prohibido. «Hemos advertido hace meses que, si no restringimos el tráfico, no encontraremos una solución a corto plazo», aseguró.
Ferrel aclaró que esta medida no debe ser permanente, sino que debe mantenerse hasta que entre en funcionamiento el Puente Industrial. «Necesitamos ver una luz al final del túnel, una obra que alivie la presión actual sobre la Ruta 160», concluyó.
