De acuerdo con cifras de 2017 a 2021 -elaboradas por la firma suiza IQ Air, experta en la materia-, la abrumadora mayoría de las metrópolis pertenecientes a naciones sudamericanas con la peor calidad del aire, está ubicada en territorio chileno. Entre las urbes chilenas que aparecen en el listado se encuentran Coronel, Temuco, Santiago, Angol, Coyhaique, Padre las Casas, Traiguén y Nacimiento.
A nivel mundial, los cinco países más contaminados en el último año fueron Bangladesh, Chad, Pakistán, Tayikistán y la India, mientras que por capitales Nueva Delhi (India) es la más contaminada por cuarto año consecutivo, seguida de Dhaka (Bangladesh), N’Djamena (Chad), Dushanbe (Tayikistán) y Muscat (Omán). De los países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Chile es el tercer miembro con mayor concentración promedio anual de materia particulada (MP) 2,5.
Algunas recomendaciones
Las MP10 o partículas gruesas, llamadas también partículas inhalables, son las partículas menores a 10 micrómetros pero más grandes que 2.5 micrómetros de diámetro que se encuentran en el aire, y son generadas por fuentes móviles como estacionarias, de manera natural o antropogénica, asociadas por lo general a la combustión no controlada y procesos de combustión en vehículos, industrias de fundición, pinturas, cerámica y plantas de energía. En días de pre-emergencia y emergencia ambiental, los expertos recomiendan la utilización de mascarillas en adultos mayores, niños, mujeres embarazadas y enfermos crónicos.
Asimismo, preferir el transporte público y/o compartir auto; mantener los vehículos con la revisión de gases al día, y cambiar el aceite del motor antes de su vencimiento; no fumar al interior de la casa, lugar de trabajo o estudio; no quemar hojas ni basura y denunciar a quienes no respeten las medidas adoptadas para los días de alerta, preemergencia y emergencia. Por otra parte, al comprar un calefactor, cerciorarse que esté certificado en cuanto a emisiones, eficiencia energética y seguridad; usar siempre leña seca (menor a 25% de humedad), distribuida por comerciantes establecidos; privilegiar el uso de combustibles alternativos como gas, electricidad, briquetas, derivados del petróleo, pellet, entre otros.
