La Comisión Electoral Central de Rusia ha anunciado los primeros resultados de las poco creíbles elecciones presidenciales, confirmando que Vladimir Putin ha logrado una victoria escasamente fiable con el 87,97% de los votos, tras escrutar el 24,4% de los recintos.
Estos comicios se llevaron a cabo en un clima de fuerte represión hacia la oposición política y la libertad de expresión en Rusia, catalogado como uno de los más severos desde los tiempos soviéticos. Solo tres candidatos simbólicos, ninguno de los cuales se opuso a la guerra de Putin en Ucrania, tuvieron la oportunidad de presentarse contra él en su búsqueda de un quinto mandato.
La jornada electoral transcurrió del viernes al domingo en un ambiente altamente controlado, donde cualquier crítica pública hacia Putin o su política en Ucrania fue duramente reprimida. La muerte de Alexei Navalny, uno de los principales opositores de Putin, en circunstancias sospechosas en una prisión del Ártico el mes pasado, junto con la detención de otros críticos, enfatizó el clima de represión que rodeó estos comicios.
A pesar de la falta de una competencia electoral genuina, se organizaron llamamientos a la protesta contra Putin. Bajo el lema «Mediodía contra Putin», las personas acudieron a las urnas para expresar su descontento, tanto dentro como fuera de Rusia. La viuda de Navalny, Yulia Navalnaya, se sumó a las protestas en la embajada rusa en Berlín, subrayando la demanda de justicia y cambio en el país.
La victoria de Putin le garantiza otros seis años en el poder, consolidando su liderazgo durante casi un cuarto de siglo. Desde que asumió la presidencia el 31 de diciembre de 1999, Putin ha mantenido un control autoritario sobre Rusia, caracterizado por la represión de la disidencia y el fortalecimiento del poder estatal.
A pesar de las críticas y la falta de transparencia en las elecciones, Putin utilizó su victoria para reafirmar el poderío de Rusia en la escena internacional, advirtiendo a Occidente que el país no se dejará intimidar ni aplastar. A sus 71 años, Putin ha asegurado su lugar en la historia como uno de los líderes rusos más longevos desde la época de la dinastía Románov.
