La Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) declaró, a través de su presidente Ricardo Mewes, que no observa «políticas públicas profundas» que puedan encaminar al país hacia el crecimiento económico. Sostuvo que en un escenario donde sí existan éstas, se fortalecería el mercado laboral, que en estos momentos registra una alta tasa de informalidad. Mewes debatió con la ministra del Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara (PC), y el ex timonel de la Sociedad de Fomento Fabril (SOFOFA), Bernardo Larraín Matte (hoy al frente de la fundación Pivotes), en el marco del encuentro «RedActiva», organizado por la fundación ChileMujeres y La Tercera.
El foro abordó tres grandes leyes en la materia: la Ley de Conciliación de la Vida Personal, Familiar y Laboral, en vigencia desde fines de enero; la reducción de la jornada laboral de 45 a 40 horas, que entrará gradualmente en vigor a fines de abril, y la «Ley Karin», que fortalece la legislación contra el acoso sexual, laboral y violencia en el trabajo, que será implementada en agosto. Ante los desafíos del mercado laboral, que alcanzó una tasa de informalidad del 27,6% en el trimestre noviembre-enero, Mewes sostuvo que «la mejor política pública para mejorar el empleo es el crecimiento económico, y eso hoy día en Chile no está pasando. Y no estamos viendo que realmente haya políticas públicas profundas, que vayan a hacer que Chile cambie en esta inercia que hoy día estamos. Entonces, desde nuestro punto de vista, si tenemos un crecimiento económico potente, eso va a cambiar la realidad de las personas de todas maneras, generando también espacios para que exista esa movilidad social».
Por su parte, la ministra Jara abordó la Ley de Conciliación, que permite que personas cuidadoras no remuneradas de niños menores de 14 años o de personas con discapacidad o dependencia severa/moderada, tengan derecho al teletrabajo parcial o total, y la vinculó a la duración de la jornada laboral. «Una cosa es la modalidad de trabajo, que es el teletrabajo o la oficina o a distancia, y otra es si el trabajador tiene límite de jornada o no. Yo entiendo el punto, porque efectivamente cuando las personas son cuidadoras, necesitan cierto espacio para ir al médico con el hijo o para cualquier cosa que tenga que hacer, pero eso no tiene que ver con que la persona no tuviera límite de jornada, si ése es el punto», manifestó.
Bernardo Larraín Matte, ex timonel de la SOFOFA, a su turno, reprochó que «hay como una especie de percepción establecida de que cualquier cosa que libremente pacten trabajadores y empleadores, es sinónimo de precariedad, que (presuntamente) por definición va a haber un abuso, cuando son las personas las que están optando por no tener jornada laboral».