Un paso hacia la autonomía territorial
La planificación urbana en Chile ha estado en el centro del debate en los últimos tiempos. Expertos en construcción advierten la necesidad de abordar este tema con urgencia, y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo ha respondido con medidas concretas.
A principios de marzo entró en vigor el Decreto Supremo N° 61, un hito que otorga a los Gobiernos Regionales (GORE) de Biobío y Los Lagos la autonomía para elaborar y modificar los Planes Reguladores Intercomunales (PRI) o Metropolitanos. Las dos regiones prioneras son Biobío y Los Lagos. Hasta ahora, esta responsabilidad recaía en las Seremis de Vivienda y Urbanismo.
Un antes y un después
Esta decisión marca un antes y un después en la planificación territorial. Los GORE ahora podrán liderar, programar, ejecutar y diseñar los instrumentos que guiarán el desarrollo urbano de sus regiones.
Un futuro descentralizado
Y esto no es todo. El decreto establece que, en dos años, otras regiones del país también tendrán esta autonomía. Arica y Parinacota, Tarapacá, Ñuble, Los Ríos, Aysén, Magallanes y la Antártica Chilena se sumarán a esta descentralización de la planificación urbana.
Reacciones encontradas
Si bien la medida ha sido bien recibida por algunos sectores, como el gremio de inmobiliarias que la consideran un avance positivo, también hay críticas. Algunas voces señalan que regiones importantes como la Metropolitana y Valparaíso aún no se ven beneficiadas por esta descentralización.
Beneficios para las regiones
El Ministerio de Vivienda y Urbanismo destaca que este decreto fortalecerá los procesos de planificación territorial y promoverá la descentralización en Chile. Se enfatiza la importancia de considerar la articulación entre lo urbano y lo rural, así como la ordenación del suelo para prevenir impactos ambientales y evitar la ocupación en zonas de riesgo.
Un futuro prometedor
Se espera que otras regiones puedan solicitar un proceso similar en el futuro, cuando sus GORE lo consideren oportuno. Sin embargo, se hace hincapié en la necesidad de implementar estas medidas de manera coordinada y decidida, especialmente en regiones con ciudades compuestas por varias comunas, como la Metropolitana y la de Valparaíso, donde la planificación urbana es un desafío complejo que requiere atención prioritaria.
¿Qué significa esto para el futuro de las ciudades chilenas? El tiempo lo dirá, pero lo que es seguro es que este decreto marca un paso importante hacia una planificación urbana más descentralizada y participativa.