Esta es una feliz resolución de la pérdida del instrumento, salvo porque Paul McCartney debió esperar más de media centuria para recuperarlo. El bajo experimentó un giro fascinante que colocó término a una larga búsqueda. Este icónico instrumento ha sido fundamental en la carrera musical del ex Beatle, lo que llevó incluso a la marca alemán Höfner a lanzar una investigación llamada «Lost Bass Project» (Proyecto del Bajo Perdido) para localizarlo.
La historia detrás de este hallazgo es intrigante porque hubo una maquinación para mantenerlo en reserva durante más de medio siglo: el bajo fue sustraído en 1972 de la camioneta de Wings, la banda que McCartney formó -junto con su esposa Linda- tras la disolución de The Beatles. El ladrón, al darse cuenta de la dificultad para vender rápidamente el instrumento, lo dejó en custodia con el dueño del pub Admiral Blake en Londres, quien lo conservó en silencio durante todo este tiempo., allí permaneció durante más de cinco décadas.
“Sospechábamos que el bajo perdido probablemente había permanecido en la misma familia desde entonces”, escribieron los fans que encontraron el instrumento. El grupo finalmente encontró el bajo en su estuche original en el ático de la familia del hombre en Sussex, Inglaterra. También el instrumento podrá volver a tocarse tras unas pequeñas reparaciones.
El bajo fue autentificado por la marca Höfner.
La información sobre la recuperación del bajo se difundió gracias a Ruaidhri Guest, quien heredó el instrumento y lo devolvió a McCartney. Este gesto generó un comunicado de agradecimiento por parte del ex Beatle en la página web oficial.
McCartney adquirió este bajo Höfner en 1961, mucho antes de alcanzar la fama mundial con The Beatles. Aunque posee otros instrumentos de la misma marca, este en particular tiene un valor sentimental inigualable, ya que lo utilizó en numerosas presentaciones legendarias.
El modelo Höfner 500/1 de 1961 es apreciado no solo por su historia con McCartney, sino también por su diseño simétrico único, que ha capturado la atención del público y de coleccionistas. Según estimaciones, en una subasta podría alcanzar un valor asombroso de hasta 10 millones de libras esterlinas ($12 mil millones).
Este emocionante reencuentro entre McCartney y su bajo robado resalta la importancia de los objetos que acompañan a los músicos en su viaje creativo, y nos recuerda una vez más el profundo vínculo entre la música y las historias que la rodean.