Caleta Tubul, Arauco.
La promulgación de la Ley de Borde Costero, también llamada Ley Lafquenche, ha desencadenado tensiones entre los pescadores artesanales y las comunidades indígenas en diversas zonas costeras de Chile, particularmente en la Región del Biobío y en el ámbito nacional. Los pueblos originarios, aunque en bajo número, marcan efectiva presencia en el borde costero de la Región del Biobío en particular y en el país en general.
Cristian Arancibia, Presidente del Directorio de la Federación Regional de Pescadores Artesanales (Ferepa) Biobío, señala que históricamente ha existido una interacción armoniosa entre las comunidades indígenas y los pescadores artesanales, muchos de los cuales forman parte de los sindicatos que integran la federación. Sin embargo, la reciente ley ha generado una división artificial, impulsada por intereses particulares de sectores que buscan espacios exclusivos de uso, aunque no estén relacionados con la pesca artesanal, sino con actividades agrícolas u otras actividades alejadas del borde costero.
La Ley N° 20.249, surgida en 2008 tras negociaciones con comunidades mapuche-lafkenche, buscaba el reconocimiento y protección de sus derechos territoriales en el borde costero. Si bien no se opone a estos derechos, Arancibia enfatiza la necesidad de perfeccionar la ley para garantizar la convivencia armónica entre las comunidades indígenas y la pesca artesanal, así como otras actividades económicas en el mar.
Ferepa Biobío ha respaldado a las comunidades indígenas que han trabajado junto a los pescadores artesanales durante muchos años, especialmente en áreas como Llico, Punta Lavapiés, Yani, Quidico y Tirúa en la provincia de Arauco. Sin embargo, expresan preocupación por lo que ocurre en regiones como Los Lagos, Aysén y Biobío, donde la búsqueda de espacios para actividades ajenas a la pesca artesanal podría afectar gravemente a este sector y restringir sus áreas de trabajo, todo ello regulado por la Ley de Pesca y Acuicultura.
La federación considera que la actual situación en el sur de Chile y en otras zonas costeras se debe a una legislación deficiente que no evaluó adecuadamente los impactos en el sector pesquero artesanal. Esto no solo afecta la actividad productiva y la generación de empleo, sino que también representa una amenaza para el patrimonio territorial, natural, económico y cultural del país.
Ferepa Biobío confía en que las autoridades abordarán adecuadamente las demandas de las organizaciones de pescadores artesanales en todo el país.