El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, responsabilizó este viernes a su homólogo ruso Vladimir Putin de la muerte del líder opositor Alexei Navalny, y reafirmó el «sagrado compromiso» de su país ante la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a la que llamó a estar más unida que nunca ante la «amenaza» de Rusia.
En una intervención desde la Casa Blanca, Biden insistió en que aunque no tiene aún detalles específicos sobre el fallecimiento de Navalny, reportado unas horas antes, sí está seguro de quién es el responsable. «No se equivoquen, Putin es responsable de la muerte de Navalny, Putin es responsable», repitió el Presidente, quien además elogió la labor del activista, acérrimo crítico de Vladimir Putin, y quien al morir servía una condena de 19 años en una prisión rusa, tras haber sobrevivido hace unos años a un envenenamiento que casi le cuesta la vida. Biden afirmó que «lo que le ha sucedido a Navalny es una prueba más de la brutalidad de Putin», mientras insistió en que el líder opositor «se enfrentó valientemente a la corrupción, la violencia y todas las cosas malas que estaba haciendo el gobierno de Putin (…) Incluso en prisión era una voz poderosa para la verdad.
«Qué Dios bendiga a Alexei Navalny, su valor no caerá en el olvido», aseguró el Presidente. La muerte de Navalny en una prisión de extrema seguridad rusa tomó al mundo por sorpresa, a un mes de que se celebren unas elecciones presidenciales donde se espera que Putin se asegure otros seis años en el poder. Navalny se sintió indispuesto tras un paseo el viernes y perdió el conocimiento, explicó el Servicio Penitenciario Federal ruso en un comunicado. La ambulancia que llegó a la colonia penal donde cumplía condena intentó reanimarlo sin éxito. La noticia ha provocado fuertes críticas contra el Kremlin. Durante su gobierno, el presidente ruso se ha asegurado de reprimir toda la oposición en su país, denuncian organismos internacionales.
¿Quién era Alexei Navalny?
Alexei Navalny, el líder opositor más destacado de Rusia, falleció este viernes tras sufrir un colapso y perder el conocimiento en la colonia penal del Círculo Polar Ártico donde cumplía una larga condena, informó el servicio penitenciario ruso. Navalny, de 47 años, se convirtió en la principal figura de la fragmentada oposición rusa. Sus partidarios lo presentan como la versión rusa del sudafricano Nelson Mandela, que un día saldría de la cárcel para dirigir el país. Se ganó la admiración de muchos en los círculos de la oposición rusa por regresar voluntariamente a Rusia en 2021 desde Alemania, donde se sometió a un tratamiento. Las pruebas de laboratorio occidentales mostraron que se intentó envenenarle con un agente nervioso en Siberia.
Navalny, un abogado, saltó a la fama gracias a sus blogs, en los que denunciaba la corrupción de la élite y describía a Rusia como un país gobernado por «ladrones y sinvergüenzas». Participó en marchas nacionalistas rusas en la década de 2000. Las peticiones de restricciones a la inmigración y las críticas por lo que algunos consideraban sus opiniones excesivamente nacionalistas provocaron su expulsión del partido liberal de la oposición en 2007. Se burló de la élite del presidente Vladimir Putin y puso de manifiesto la opulencia del estilo de vida de los altos funcionarios, utilizando Internet e incluso drones para ilustrar lo que describió como sus vastas posesiones y propiedades de lujo. Cuando estallaron las manifestaciones contra Putin en diciembre de 2011, tras unas elecciones manchadas por acusaciones de fraude, fue uno de los primeros líderes de las protestas detenidos.
Navalny decía que Rusia podría enfrentarse a una agitación política sísmica, incluso a una revolución, porque decía que Putin había construido un frágil sistema de Gobierno personal basado en la adulación y la corrupción. Varias personas se reunieron frente a la embajada rusa en Berlín tras conocerse la muerte del líder de la oposición rusa Alexei Navalny. El Kremlin rechazó las acusaciones de Navalny sobre la enorme corrupción y la riqueza personal de Putin. El movimiento de Navalny está proscrito y la mayoría de sus principales aliados han huido de Rusia y viven ahora en Europa. Las autoridades rusas tachan a Navalny de extremista y marioneta de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA), que, según ellas, intenta sembrar la semilla de la revolución para debilitar a Rusia y convertirla en un Estado cliente de Occidente.
Navalny fue detenido en innumerables ocasiones por organizar mítines públicos, y procesado repetidamente por cargos como corrupción, malversación y fraude. Según él, las acusaciones y condenas tenían motivaciones políticas. En 2023, Navalny fue condenado a 19 años más de cárcel en una colonia penal de máxima seguridad, en un caso que, según él, estaba diseñado para acobardar al pueblo ruso y someterlo políticamente. En agosto de 2020, Navalny cayó enfermo en un vuelo de Tomsk, en Siberia, a Moscú. El piloto realizó un aterrizaje de emergencia, salvándole la vida, y Navalny fue trasladado en avión a Berlín, donde fue tratado de los efectos de una neurotoxina que pruebas militares alemanas demostraron que era Novichok, un veneno desarrollado en la Unión Soviética. Putin criticó una investigación conjunta de medios de comunicación que afirmó haber identificado a un equipo de asesinos del servicio de seguridad ruso FSB. «Si alguien hubiera querido envenenarle, habría acabado con él», dijo.