¿Jugando a ser Dios?: Médicos en EE.UU. inseminan -sin consentimiento- a pacientes con sus propios fluidos biológicos

Existen casos de noviazgo incestuoso por desconocimiento y falta de información. Temor de entablar relaciones de pareja. Víctimas han detectado hasta 150 hermanos producto de fertilidad no consentida.

La vida de Victoria Hill, una trabajadora social licenciada de 39 años en Connecticut, dio un giro inesperado cuando decidió indagar sobre su salud y sus antecedentes genéticos. Lo que comenzó como una simple búsqueda de información pronto se convirtió en un viaje emocional y desconcertante hacia sus orígenes.

Con una curiosidad inocente pero persistente, Hill adquirió un kit de ADN de 23andMe para explorar su herencia genética. Lo que descubrió fue más allá de sus expectativas: no solo tenía al menos 22 hermanos biológicos, sino que también descubrió que uno de ellos era alguien con quien había mantenido una relación romántica durante su adolescencia.

Este hallazgo, parte de una investigación exhaustiva, descubrió uno de los casos más extremos de fraude en la fertilidad en Estados Unidos. Reveló una práctica cuestionable en la que médicos utilizaron su propio flujo corporal para inseminar a pacientes sin consentimiento alguno, dejando a muchas personas en una situación de desconcierto y conflicto emocional.

La historia de Hill comenzó con una búsqueda de respuestas sobre sus diferencias con su familia y su identidad biológica. Sin embargo, lo que encontró fue mucho más complicado de lo que esperaba. Descubrir que su verdadero padre biológico era el médico de fertilidad que había tratado a su madre, Burton Caldwell, fue un golpe devastador.

El caso de Victoria, que involucraba una relación amorosa con uno de sus medio hermanos, arrojó luz sobre una serie de problemas legales y éticos en la industria de la fertilidad en Estados Unidos. A medida que más personas utilizan pruebas de ADN para descubrir sus orígenes, se están revelando más casos de fraude y abuso en la práctica médica.

La falta de regulación en la industria de la fertilidad ha permitido que médicos como Marvin Yussman y Donald Cline utilicen sus propios flujos biológicos para fecundar a pacientes sin ningún tipo de conocimiento y sin ser informado a las madres. Aunque algunos de estos casos han salido a la luz, muchos más siguen sin ser descubiertos, dejando a las víctimas en una situación de incertidumbre y angustia.

La experiencia de Hill, junto con la de otras personas afectadas por el fraude en la fertilidad, ha llevado a un llamado urgente para una mayor regulación en la industria. Aunque se han propuesto algunas leyes a nivel estatal y federal, aún queda mucho por hacer para proteger los derechos de las personas concebidas por donantes y garantizar que los médicos sean responsables de sus acciones.

En última instancia, el caso de Hill es un recordatorio de la importancia de la transparencia y la ética en la medicina. A medida que más personas buscan respuestas sobre sus orígenes, es fundamental que la industria de la fertilidad sea más transparente y responsable en sus prácticas. Solo entonces podrán las personas como Hill encontrar la paz y la claridad que están buscando en su viaje hacia la verdad.

Un caso sin precedentes:

  • Jody Madeira, experta en fraude de fertilidad, califica este caso como histórico: por primera vez se confirma que alguien ha tenido una relación con un medio hermano.
  • La historia de Hill ha impulsado la aprobación de nuevas leyes estatales en los últimos años.
  • Sin embargo, el marco legal aún es disperso y las víctimas de este tipo de fraude enfrentan obstáculos para obtener justicia.
  • La mayoría de los estados, incluido Connecticut, no poseen legislaciones específicas contra el fraude de fertilidad.

No es un caso aislado:

  • Una investigación de CNN revela que más de 30 médicos en Estados Unidos han sido descubiertos o acusados de utilizar su propio esperma sin el consentimiento de las pacientes.
  • Se conocen al menos 80 casos, pero la rendición de cuentas ha sido mínima.
  • Casos como el de Marvin Yussman, quien admitió haber inseminado a pacientes con su propio esperma, o Donald Cline, quien fue acusado de ser el padre biológico de al menos 90 niños, evidencian la falta de medidas contundentes.

La lucha por la justicia:

  • Janine Pierson, al descubrir que tenía 22 medio hermanos, emprendió un proceso legal contra el Dr. Burton Caldwell.
  • Jamie LeRose, con al menos 150 medio hermanos, teme entablar relaciones románticas por la posibilidad de incesto accidental.

Un sistema laxo:

  • La industria de la fertilidad en Estados Unidos está poco regulada en comparación con otros países.
  • Activistas y víctimas abogan por cambios legislativos que limiten el número de descendientes por donante y eliminen el anonimato.

Resistencia a las regulaciones:

  • La Asociación Americana de Medicina Reproductiva (ASRM) se resiste a la imposición de restricciones.
  • Argumentan que las medidas deberían aplicarse a todos, no solo a los donantes de esperma.
  • La ASRM propone directrices no vinculantes que limitan a 25 los nacimientos por donante en una población de 800.000 personas.

Un proyecto de ley federal:

  • Los representantes Stephanie Bice y Mikie Sherrill han presentado un proyecto de ley federal contra el fraude de fertilidad.
  • La «Ley de protección de las familias contra el fraude en materia de fertilidad» busca establecer un nuevo delito federal de agresión sexual por tergiversar el origen del ADN en procedimientos de reproducción asistida.
  • El proyecto ha ganado apoyo bipartidista y se espera que sea impulsado en el Capitolio.

Un encuentro cara a cara:

  • Pierson confrontó a su padre biológico, el Dr. Burton Caldwell.
  • La conversación reveló el peculiar interés de Caldwell por el éxito de sus descendientes.
  • La experiencia dejó a Pierson con una mezcla de satisfacción y anhelo de respuestas.

Un llamado a la acción:

  • Este caso pone de relieve la necesidad de regulaciones más estrictas en la industria de la fertilidad.
  • Es crucial proteger los derechos de las personas concebidas por donantes y evitar futuros casos de fraude.