Las FF.AA. de Ecuador controlan las cárceles.
El presidente de la Nación, Daniel Noboa, anunció el estado de excepción por 60 días cuando se inició el secuestro de policías, ataques a la prensa y motines carcelarios.
La violencia vinculada al narcotráfico en Ecuador se desbordó este miércoles, dejando al menos 10 muertos y al menos, 139 personas se encuentran como rehenes, entre ellas, funcionarios penitenciarios. También se han producido ataques a instituciones públicas y privadas.
Los hechos más graves se produjeron en la ciudad de Guayaquil, donde hombres armados irrumpieron en un canal de televisión y asesinaron a un camarógrafo. También se registraron ataques en el puerto de la ciudad, donde ocho personas murieron, y en la cercana población de Nobol, donde dos agentes de policía fueron asesinados.
Además, el Servicio de Atención Integral de Ecuador (SNAI), encargado de las cárceles, informó que 125 servidores del Cuerpo de Seguridad y Vigilancia Penitenciaria y 14 miembros del personal administrativo continúan retenidos en cinco prisiones del país por los reos que se amotinaron.
En respuesta a la violencia, el presidente Daniel Noboa declaró un «conflicto armado interno» y envió a las Fuerzas Armadas a las calles.
«Estamos en un estado de guerra y no podemos ceder», dijo Noboa en una entrevista radial. «Las bandas criminales quieren atemorizar a la ciudadanía y doblegar al Presidente de la República, pero eso no va a suceder».
El gobierno ecuatoriano ha recibido el apoyo de la comunidad internacional, que ha condenado los recientes ataques.
«Condenamos enérgicamente los recientes ataques criminales por parte de grupos armados en Ecuador contra instituciones privadas, públicas y gubernamentales», indicó el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, en un comunicado. «Estamos comprometidos a apoyar la seguridad y la prosperidad de los ecuatorianos y a reforzar la cooperación con nuestros socios para garantizar que los perpetradores sean llevados ante la Justicia».
Ecuador se enfrenta a una creciente ola de violencia vinculada al narcotráfico. En 2023, el país registró un récord de homicidios, con más de 7.800 muertes.
Los grupos narcotraficantes han ganado terreno en Ecuador en los últimos años, aprovechando la debilidad de las instituciones estatales. La violencia se ha concentrado en las cárceles, donde los grupos rivales se disputan el control del territorio.
El gobierno de Noboa ha prometido combatir el narcotráfico y la corrupción, pero la tarea será difícil. El país necesita de una decidida cooperación internacional para poder sostener esta batalla por el restablecimiento del estado de derecho.