El Estado Islámico se atribuyó este jueves el atentado suicida que el miércoles dejó al menos 84 muertos y más de 200 heridos en la localidad de Kerman, en el sur de Irán, durante la celebración del cuarto aniversario del asesinato del comandante iraní Qassem Soleimani a manos de Estados Unidos.
En un comunicado difundido a través de sus canales de Telegram, el grupo terrorista dijo que dos de sus miembros «se dirigieron hacia una gran concentración» cerca de la tumba de Soleimani en Kerman e «hicieron detonar sus cinturones explosivos».
Las autoridades iraníes confirmaron la reivindicación del Estado Islámico y señalaron que la investigación está en curso para determinar los detalles del ataque.
El atentado se produjo en plena tensión en Oriente Medio y un día después de que el número dos del movimiento islamista palestino Hamás, Saleh Al Arouri, aliado de Irán, muriera en un ataque en Beirut, que las autoridades libanesas atribuyeron a Israel.
El líder supremo de Irán, el Ali Khamenei, culpó el miércoles a los «enemigos malvados y criminales» de la República Islámica, sin nombrarlos, y prometió una «dura respuesta».
Soleimani, que dirigía la Fuerza Quds, brazo de operaciones exteriores de los Guardianes de la Revolución, era también un acérrimo enemigo del grupo extremista suní Estado Islámico, que ha perpetrado atentados en Irán, de mayoría chií.
Reverenciado por muchos iraníes, Soleimani supervisó las operaciones militares iraníes en todo Oriente Medio, y millones de personas acudieron a su funeral en 2020.