Ballena jorobada varó en Penco: ¿Migración o varamiento por causas naturales?

Los restos de una ballena jorobada, de 15 metros de largo, fueron encontrados varados este martes en la playa del sector Cerro Verde Bajo de Penco, Gran Concepción.

El hallazgo fue constatado esta mañana. Personal de la Policía Marítima se constituyó en el lugar para proteger el sitio de este descubrimiento donde se mantiene varado el cetáceo.

El Centro de Estudio de Mastozoología Marina, confirmó que se trata de una ballena jorobada (Megaptera novaeangliae).

Esta especie se ha estado avistando en la desembocadura y en Caleta Chome desde la semana pasada.

¿Avistamientos normales en esta época del año?

Según los expertos, avistamientos de ballenas en esta época del año son recurrentes. Las ballenas migran desde sus zonas de reproducción (cerca del Ecuador) a sus zonas de alimentación como la Antártica. El lugar favorito es el Parque Marino Francisco Coloane en Magallanes y también otras se dirigen a la Antártica, Penco se encuentra en ese trayecto y lo que hacen es dirigirse a las costas para alimentarse. En los últimos días se han avistado estas especies en la desembocadura del río Bío Bío y en Caleta Chome, de esta especie de ballena jorobada.

¿Varamiento por causas naturales o por colisión?

En tanto, el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) Bío Bío se constituyó en el lugar un equipo de profesionales para la inspección de este gran cetáceo varado y sin vida.

Se trata de una ballena de la especie jorobada, propia de las costas de nuestro país, que no presenta lesiones a simple vista, por lo que advirtieron que es probable que haya estado enferma.

En ese contexto, aclararon que el ejemplar, de aproximadamente 15 metros de largo y de unas 30 toneladas, permanece en la rompiente de la ola, por lo que no ha podido ser retirado.

Por lo anterior, el municipio de Penco y Capitanía de Puerto evalúan su disposición final, y desde Sernapesca hicieron un llamado a la comunidad a no acercarse ni manipular al mamífero marino muerto. Esto último, para evitar la posibilidad de cualquier enfermedad infecciosa por parte del animal a humanos.