La Cárcel de Yungay, en la Región de Ñuble, es ejemplo de la clara sobrepoblación penal en Chile. El recinto posee una capacidad para 150 personas, sin embargo actualmente alberga a 300 reclusos, lo que representa un 181.8% de sobrepoblación.
Esta situación ha provocado graves problemas de hacinamiento, higiene e inseguridad. Los reclusos deben compartir celdas pequeñas y estrechas, dificultando la convivencia y aumentando el riesgo de conflictos. A eso hay que agregar el factor extranjero, que ha incrementado la estadística en Chile, Además, las condiciones de higiene son completamente deficientes, lo que favorece la propagación de enfermedades. A lo anterior, también hay que añadir que el encarcelamiento de delincuentes primerizos en los penales, es un factor de alto riesgo para los más jóvenes puesto, que la privación de libertad funciona como una verdadera universidad del delito y en paralelo se tejen redes que van a funcionar cuando los internos recuperen su libertad. Otro tema que se produce con el aumento de la población penal, es el relajamiento natural en los índices de control al interior de los penales, con un personal que ve aumentado el número de internos sin que sea incrementado en proporción, el personal penitenciario. Es decir con los mismos recursos y con los mismos gendarmes deben controlar a un número de reclusos que va en aumento permanente. Lo otro, es la incapacidad del sistema actual de administración penitenciaria, para controlar la comisión de delitos desde el interior de la cárceles, mediante el uso ilegal de las nuevas tecnologías. Todo esto no hace otra cosa que causar un problema serio e inabordado por la autoridad, cual es la profunda inseguridad que se produce, al interior de los centros penitenciarios, pero por sobre todo la inestabilidad de la seguridad entre la sociedad chilena.
La sobresaturación de internos es un problema que se viene registrando en Chile desde el 2010 y no se ha superado porque ninguna comuna del país está dispuesta a soportar un penal en su territorio por el efecto de inseguridad que una infraestructura de estas características acarrea, para los habitantes. Por lo tanto ningún gobierno ha abordado y desarrollado con seriedad el complejo problema que hoy viven las cárceles en el país. En 2022, la población penal en el país alcanzó las 120.000 personas, lo que representa un aumento de un 15% respecto a 2021.
Junto con Yungay, los Centros de Cumplimiento Penitenciarios (CCP) más saturados son Tal Tal (250%), y Copiapó (181,4%), estadística a enero 2022. El porcentaje en promedio subió a 109,2% y las regiones con mayores datos fueron también Atacama (168,7%), Maule (150,8%), Valparaíso (135,9%) y Ñuble (126,8%).
El Gobierno ha reconocido que la sobrepoblación penal es un problema «grave». El ministro de Justicia, Luis Cordero, ha anunciado una serie de medidas para abordar este problema, entre las que se encuentran la construcción de nuevas cárceles y la implementación de programas de reinserción social para los reclusos.
Sin embargo, estas medidas tardarán en surtir efecto. En el corto plazo, la situación en la Cárcel de Yungay y en otras cárceles sobrepobladas del país seguirá siendo crítica.
La situación en la Cárcel de Yungay es un ejemplo de los problemas que genera la sobrepoblación penal en Chile. Las autoridades deben tomar medidas urgentes para solucionar este problema, que afecta a la seguridad de los reclusos, del personal penitenciario y de la comunidad.
Algunas propuestas para abordar la sobrepoblación penal

Reclusos de la cárcel de Yungay en el programa de capacitación para el trabajo.
Implementación de programas de enseñanzas de habilidades laborales lo que aumenta las capacidades y la competitividad de los reclusos, situación que representa un elemento cardinal para recuperar a los internos y sacarlos del circuito del delito.
Entre las propuestas para abordar la sobrepoblación penal en Chile se encuentran las siguientes:
- Construcción de nuevas cárceles: Esta es la medida más urgente, ya que permitiría descongestionar las cárceles existentes. Sin embargo, es una medida costosa y que requiere de tiempo para ser implementada.
- Implementación de programas de reinserción social: Estos programas permitirían a los reclusos adquirir las herramientas necesarias para reinsertarse a la sociedad, lo que reduciría la tasa de reincidencia y, en última instancia, la población penal.
- Capacitación laboral a través de talleres para los internos. Esta es una oportunidad de recoger una habilidad competitiva de los reclusos para desempeñarse en el medio libre y ganar un recurso salarial mientras cumplen su condena.
- Reforma del sistema judicial: Una reforma del sistema judicial permitiría agilizar los procesos judiciales, lo que reduciría el tiempo que los reclusos pasan en prisión preventiva.
Estas son solo algunas propuestas, pero es necesario que las autoridades adopten medidas concretas para abordar la sobrepoblación penal, que es un problema grave que afecta a toda la sociedad chilena.