Life At Sea Cruises, una travesía de crucero mundial de tres años de duración ofrecido por Miray Cruises, propiedad de Miray International, fue cancelado debido a que la compañía no pudo adquirir un buque para realizar el viaje. La noticia fue dada a los pasajeros a menos de dos semanas de zarpar, lo que aconteció luego de tres aplazamientos. En principio, la nave estaba agendada para partir de Estambul, Turquía, el 1 de noviembre, pero poco antes de esa fecha, la salida se aplazó al 11 de noviembre y se trasladó a Ámsterdam, Países Bajos, y luego al 30 de noviembre, de nuevo desde Ámsterdam, según informó CNN.
El 17 de noviembre se informó a los pasajeros que el crucero se cancelaba, prometiendo reembolsar a cada uno de los afectados. Algunos de los turistas que reservaron los 111 camarotes vendidos siguen en Estambul, ya que llegaron antes de la fecha de salida original. Otros dicen que no tienen dónde volver, debido a que vendieron o alquilaron sus casas antes de la vuelta al mundo y ya se deshicieron de sus posesiones. La mayoría ha gastado decenas de miles de dólares, en lo que se suponía que iba a ser la experiencia de su vida, y ahora se enfrentan a una espera de al menos varios meses para recuperar su dinero. La empresa declaró que efectuará los reembolsos en plazos mensuales, empezando a mediados de diciembre y completando los pagos a finales de febrero.
La empresa también se ha ofrecido a pagar el alojamiento hasta el 1 de diciembre y los vuelos de vuelta a casa de todos los que se quedaron varados en Estambul. Pero algunos dicen que no tienen una casa a la cual volver. “Hay un montón de gente que no tiene adónde ir, y algunos necesitan el reembolso incluso para planear un lugar adonde llegar; ahora mismo no está bien”, dijo un pasajero, que deseaba permanecer en el anonimato hasta que reciban el reembolso prometido.
Los problemas
Life at Sea Cruises tenía previsto comprar el AIDAaura, un barco retirado recientemente por AIDA Cruises, filial alemana de Carnival Corp. Iba a ser rebautizado como MV Lara. En un principio, la compañía había previsto que la venta se realizara a finales de septiembre, antes de trabajar en el buque en dique seco en Alemania y renovarlo antes de zarpar hacia Estambul para iniciar el crucero. Con el paso de seis semanas de incertidumbre, durante las cuales Life at Sea comunicó repetidamente a sus clientes que la venta se prolongaba más de lo previsto, el 16 de noviembre otra compañía, Celestyal Cruises, anunció que había comprado el AIDAaura.
Un día después, la ex CEO de Life at Sea, Kendra Holmes, que había dimitido días antes y había dicho que no hablaba en nombre de la empresa matriz, Miray Cruises, grabó un video de 15 minutos para los pasajeros, en el que admitía que el crucero no seguiría adelante. No está claro por qué se eligió a Holmes para hacer el anuncio, que fue facilitado a CNN por un pasajero. Holmes no ha querido hacer comentarios. Cuarenta y ocho horas después del vídeo de Holmes, los pasajeros recibieron un mensaje de Vedat Ugurlu, propietario de Miray Cruises, empresa a la que pertenece Life at Sea, declarando que “extremadamente apenado por las molestias”, confirmaba que el crucero no saldría como estaba previsto. La razón era que no podían pagar el barco.
Comprar otro buque
En su mensaje, Ugurlu afirmaba que “Miray no es una empresa tan grande como para permitirse pagar 40-50 millones por un barco”, pero que había “presentado el proyecto a inversores, y contaba con la aprobación oficial de algunos de ellos para comprar el buque”.
Afirmó que, aunque la empresa había realizado el pago inicial del buque, los inversores “se negaron a seguir apoyándonos debido a los disturbios en Medio Oriente”, acotó Vedat Ugurlu. También dijo a los pasajeros que la empresa intentó entonces comprar otro buque, pero fracasó, y que estaba trabajando en un tercero. “Si no podemos zarpar el 1 de diciembre, les ofreceremos navegar en otra fecha de salida o les devolveremos todos los pagos en un breve plazo”, escribió Ugurlu. “Lo hemos intentado todo para hacer realidad sus sueños y seguiremos haciéndolo”, sumó.
Agregó que la compañía podría, en teoría, lanzar el crucero en el MV Gemini, la nave de menor envergadura de Miray que había planeado originalmente para el viaje, antes de decidir que era demasiado pequeño. “Hemos decidido no hacerlo porque les hemos prometido un barco más grande y nuevo”, escribió Ugurlu. El Gemini está en el centro de una demanda por difamación interpuesta por Miray contra el ex director general de Life at Sea Cruises, Mikael Petterson, que fue uno de los varios empleados que se separaron del equipo en mayo. En la demanda se afirma que Petterson calificó el navío como “no apto para navegar”, afirmación que Miray negó con vehemencia.
Altibajos
Apenas un día después de lo informado por Ugurlu, otro miembro del personal de Life at Sea, el director de operaciones Ethem Bayramoglu, envió un mensaje a los pasajeros para confirmar que el crucero se cancelaba. “Por si no había quedado claro, el viaje en crucero de Life at Sea se cancela”, escribió Bayramoglu, dando instrucciones sobre el proceso de reembolso y sobre cómo los pasajeros pueden recuperar las “cápsulas” llenas de sus pertenencias, que habían enviado antes del crucero. Bayramoglu añadió que la compañía “tiene la intención de cumplir nuestros compromisos. Aunque todos estamos decepcionados y frustrados por no haber podido zarpar esta vez, es importante para nosotros que se sientan satisfechos de su experiencia con nosotros”, dice el mensaje. “Vedat, en particular, aún tiene la esperanza de que Miray algún día pronto tenga una opción que puedan considerar”, acotó.
Posteriormente, Bayramoglu se reunió con los pasajeros varados en Estambul para ayudarles a planificar su regreso a casa.
Abandonar el barco
Mientras tanto, la ex CEO de Life at Sea, Kendra Holmes, quien dimitió recientemente, afirmó que está planeando ofrecer un nuevo crucero de larga duración con otra compañía. En un video de 15 minutos dirigido a los pasajeros de Life at Sea, a pesar de haber dimitido ya de la empresa, Holmes apuntó hacia un crucero de larga duración alrededor del mundo ofrecido por una nueva empresa con la que trabajará, a la que denominó HLC Cruises. Holmes no respondió a las preguntas de CNN, pero un portavoz de HLC Cruises, que dijo formar parte del consejo de administración de la compañía, confirmó que Holmes era la nueva CEO de la empresa e indicó a CNN que “No tenemos nada que ver con Life at Sea, no queremos que se asocie nuestro nombre con ellos, pero estamos trabajando en algo y estamos intentando ayudar a la gente que se quedó sin casa, si podemos”. Su sitio web anuncia actualmente “cruceros boutique” que venden a bordo lingotes de oro, diamantes y gemas libres de impuestos.
Holmes dijo a los pasajeros varados de Life at Sea que si 60 o 70 de ellos se “transferían” a la nueva empresa, podrían “poner algo en marcha” para la primera semana de diciembre, y ya contaban con la aprobación del consejo de administración de HLC para hacerlo. La empresa conseguiría un buque temporal para navegar durante tres o cuatro meses, dijo, mientras compraba una nave permanente para un viaje más largo que comenzaría el año que viene. Si los pasajeros de Life at Sea no aceptan la oferta, dijo, también se plantearían lanzar un crucero de larga duración en octubre de 2024. “Hay un montón de barcos por ahí, así que vamos a conseguir algo probablemente a principios de la próxima semana y luego empezar a buscar un buque permanente”, dijo el 17 de noviembre, antes de actualizarlos a través de las redes sociales 72 horas más tarde que la oferta de un crucero temporal había sido rescindida, y que HLC estaba “apuntando a una fecha de inicio oficial en algún momento de marzo”.
Retirada de inversores
“Una vez más, la gente se hizo ilusiones, sólo para verlas truncadas unos días después. Me sorprende que a nadie del grupo le haya dado un infarto”, comentó un posible pasajero.
Mientras tanto, Villa Vie Residences, la empresa creada por Petterson y los otros antiguos empleados de Life at Sea que se marcharon en mayo para iniciar su propio negocio rival, promete depósitos bajos y tarifas iniciales garantizadas a cualquiera que quiera unirse a ellos. Todavía no tienen barco ni fecha de lanzamiento. Life at Sea Cruises y Miray Cruises no respondieron a preguntas concretas de CNN, pero enviaron una declaración de Ugurlu dirigida a los pasajeros en la que citaba la “retirada de los inversores”, que causaba “dificultades” al proyecto.
La carta fue enviada a CNN el 21 de noviembre y hablaba de una posible fecha próxima del crucero, a pesar de que éste ya había sido cancelado. “Aunque estamos en conversaciones para adquirir un barco similar, si la salida del 1 de diciembre se ve comprometida, ofrecemos fechas de salida alternativas o reembolsos rápidos”, decía el comunicado, que describía el proceso de reembolso. “Mientras afrontamos estos retos, estamos trabajando activamente en la creación de planes alternativos para el futuro, garantizando una experiencia inolvidable a nuestra valiosa comunidad”, concluye el informativo.
Un pasajero del crucero fallido, sin embargo, se siente más que incomodado. “Estoy en un estado de incredulidad de que nos hayan hecho esto”, dijo, añadiendo que el personal había comenzado “entusiasta y confiado, y luego los últimos meses simplemente desaparecieron lentamente. No puedo ni empezar a hacerme a la idea de la decepción que supone perder esta oportunidad”, dijeron. “Creo que nunca entenderán el daño que nos han causado”, finalizó el afectado.