¿Disuasión?

Durante el desarrollo de la noticiosa última semana, todos los chilenos nos encontramos con la “increíble” solución presentada por el Gobierno de Chile ante la oleada de ingresos irregulares registrados durante este último año y como gran solución al dilema de seguridad que protagoniza la inmigración negativa a nuestro país… un parlante.

Este tipo de aseveración no se hace a “la ligera” sino, sostenido en que, tanto los delitos como las víctimas son de procedencia extranjera, esto de acuerdo con datos entregados por la encuesta CEP en su estudio “Inmigración y delincuencia: últimas cifras” indicando que el factor de representación (inmigrante) en los delitos cometidos en 2019 fue de un 7% y al año 2022 este aumentó un 36%, considerando solamente aquellos delitos donde fueran imputados y condenados, principalmente por delitos cometidos bajo: “Ley de Drogas”, “homicidios”, “Robos con Violencia” y “Ley de Armas”.

Esto nos indica que ciertamente nuestro país, presenta un dilema de seguridad nacional bastante serio y notorio, no es secreto de nadie, sólo observar las noticias centrales del país; “…encontrado cuerpo sin vida” “…muere baleado” o incluso casos de secuestro y ataques con granadas a Carabineros que, en Chile nunca fueron considerados como delitos frecuentes. Hoy, ya lo son.

Puede que esta columna, sea crítica, pero es necesaria y reveladora por sobre todo ante los grandes problemas que nuestra nación atraviesa. Sí, debemos tomar cartas en el asunto, pero estas deben ser con soluciones efectivas que vayan en directa prevención y combate de la delincuencia junto con el incremental auge del crimen organizado que ve envuelto a un sector de la inmigración negativa que afecta a nuestro país.

Chile necesita soluciones fuera del sesgo ideológico que marca y demarca nuestro actual Gobierno, si seguimos tapando el sol con el dedo y ocultando debajo de la alfombra que, la real disuasión a la delincuencia y el crimen organizado, son el cambio de “Estado de Excepción Constitucional” y la utilización de nuestras Fuerzas Armadas para (ojo) la cooperación del resguardo de nuestra Seguridad Pública, seguiremos dando excusas al país y no soluciones concretas.

Nuestro país ya cambió su cultura, ya se adecuó a la delincuencia, vuelve a sus casas más temprano, evita salir de noche, yo les pregunto a ustedes lectores ¿Quién puede aguantar tanto descuido e interés? Yo diría que nadie. Chile necesita ahora sentido común, buenas políticas públicas y soluciones enérgicas en temas de Seguridad.

Fue nuestro presidente que dijo en 2022: “… Que personas dejen de hacer cosas porque tienen miedo, nos obliga como Estado a realizar una tarea con mucha más fuerza” pero… ¿dónde quedó esa fuerza? al parecer, se difumino señor presidente, como su apoyo ciudadano.

Finalmente, le cuento a usted, ciudadano que ya pasamos la etapa de la vulnerabilidad, dejamos atrás el riesgo, ahora estamos directamente en la zona de amenaza ¿Cree usted qué un parlante en la frontera podrá solucionar los problemas de delincuencia e inmigración? Extrapolemos esta solución realizada por el gobierno como un ejemplo para todas las soluciones que han emanado de este Gobierno en temas de seguridad, blandas y con marcado tinte ideológico, sin mano dura, pero ¿hasta cuándo?.