A nivel mundial, uno de cada 10 partos ocurre antes de las 37 semanas de gestación. Es decir, un 10% de los nacimientos se producen sin que el proceso de gestación esté completo y maduro. Según cifras The lancet, para el 2022, cerca de 15 millones de bebés nacidos han sido prematuros. Este indicador va en aumento, dado que para el 2010, la cifra fue de 13 millones.
En Chile los datos también han aumentado empíricamente en las últimas décadas. De hecho en 2022 llegaron al 9%. Sin embargo la estadística es más inquietante aún en el Hospital Guillermo Grant Benavente de Concepción (HGGB), el más grande de Chile. En este enorme centro de salud, la cifra es aún más alta: cerca del 20% de los nacimientos en el Regional corresponde a alumbramientos prematuros
De los 389 nacidos en un año, 89 fueron catalogados como extremos, no sólo por las semanas de gestación, sino también porque nacieron con un peso inferior a mil 500 gramos, estadística del año 2021. Estas cifras de la Región del Biobío se sitúan por sobre la media nacional y mundial
La prematurez extrema, es decir, cuando el bebé nace antes de las 32 semanas o pesa menos de 1,5 kilos, es la responsable del 75% de las muertes neonatales y del 50% de las secuelas neurológicas que tienen estos niños.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que los nacimientos prematuros son la principal causa de mortalidad en los menores de cinco años, lo cual ha cobrado la vida de cerca de 900 millones de bebés.
¿Cuáles son las causas de la prematurez?
Cualquier situación de riesgo dentro del embarazo puede ser condicionante de un parto pretérmino. Entre las causas más comunes se encuentran:
Enfermedades infecciosas, como la infección por citomegalovirus o el virus del Zika.
Madres muy jóvenes o mayores de 40 años.
Situación nutricional alterada por déficit o por exceso (obesidad).
Patologías de base mal controladas, como hipertensión o diabetes.
Tratamientos de fertilización asistida.
¿Cuáles son las secuelas de un parto prematuro?
Los prematuros pueden presentar diversas complicaciones respiratorias, cardiovasculares y a nivel de sus diferentes órganos. Las principales secuelas en el niño prematuro tienen que ver con la esfera neurológica. En los casos más complejos, la parálisis cerebral y en aquellos que no han revestido una gravedad mayor, tenemos el espectro de trastornos de aprendizaje, trastornos motrices y la dificultad para alcanzar ciertos hitos del desarrollo en algunas edades.
¿Cómo atender a un prematuro?
El cuidado de un prematuro es complejo y requiere de un equipo multidisciplinario de profesionales, que incluye neonatólogos, pediatras, fonoaudiólogos, terapeutas ocupacionales, fisiatras, kinesiólogos, entre otros.
Inmediatamente después del parto, el prematuro es trasladado a una unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN), donde se le mantiene en un ambiente térmico neutral, se le proporciona oxígeno y se le realizan los exámenes necesarios para diagnosticar y tratar cualquier complicación.
El tiempo de hospitalización dependerá de la gravedad del caso. En los casos más complejos, el prematuro puede permanecer en la UCIN durante varias semanas o incluso meses.
¿Qué apoyo necesitan los prematuros al salir de la UCIN?
Una vez que el prematuro sale de la UCIN, continúa necesitando un seguimiento y apoyo especial. El equipo multidisciplinario que lo atendió en la UCIN le indicará los cuidados necesarios para su desarrollo y recuperación.
El apoyo en casa es fundamental para que el prematuro tenga la mejor calidad de vida posible. Los padres deben estar preparados para enfrentar los desafíos que implica cuidar a un niño prematuro.
¿Qué pueden hacer los padres para ayudar a sus hijos prematuros?
Los padres pueden ayudar a sus hijos prematuros a través de los siguientes cuidados:
Brindarles un ambiente de amor y seguridad.
Colaborar con el equipo de salud en el seguimiento y tratamiento de su hijo.
Participar en los programas de apoyo y rehabilitación que se ofrecen.
Informarse sobre la prematurez y sus consecuencias.
Con el apoyo adecuado, los niños prematuros pueden tener una vida plena y saludable.