Argentinos acuden este domingo a las urnas para elegir a su próximo Presidente

Los ciudadanos argentinos votan este domingo 19 de noviembre en una segunda vuelta de las elecciones presidenciales, con el socialista y actual ministro de Economía, Sergio Massa, y el aspirante de la oposición de derecha y ultraderecha, Javier Milei, separados por apenas unos puntos, de acuerdo con los últimos sondeos. Lo hacen en medio de un clima enardecido por el antagonismo de ambas opciones, y acusaciones de la oposición alertando de un presunto fraude electoral.

De acuerdo con las diez últimas encuestas recopiladas por el diario ‘La Nación’, Milei sale como vencedor en seis de ellas. Dicho estudio también refleja una media de un 2,9 por ciento de voto en blanco y un 2,5 por ciento de indecisos. Donde sí parece haber cierto consenso es en el buen hacer de Massa en detrimento de Milei durante el debate del pasado domingo, último de los actos de una campaña en la que -al igual que el cara a cara televisado- hubo más protagonismo para los reproches y las críticas entre uno y otro que para las propuestas para estos próximos cuatro años. Massa, con tono moderado, impuso su ritmo en un cara a cara en el que a Milei se le vio con cierta pasividad, sin saber muy bien cómo abordar los temas que habrían puesto en apuros al todavía ministro de Economía, a quien se responsabiliza de la crisis económica y el hondo déficit que arrastra Argentina.

Estilos contrapuestos

Para cerrar la campaña, ambos volvieron a mostrar sus diferencias de estilo. Milei, acompañado por la candidata de la derecha tradicional en primera vuelta, Patricia Bullrich, se dio un baño de multitudes en Córdoba –provincia clave para sus aspiraciones–, donde algunos de sus acólitos sacaron la motosierra a pasear, mientras que Massa optó por algo mucho más discreto, reuniéndose con grupos empresariales y estudiantes en un colegio público de Buenos Aires. El cierre de campaña estuvo marcado también por los ataques que la coalición de Milei dirigió contra el sistema electoral argentino, lanzando sospechas sobre un hipotético fraude electoral. 

Abanderado de los denominados libertarios, Milei centró la campaña en señalar a la política tradicional y a su clase dirigente, a la que define como casta, como principal responsable de los males de Argentina. Sin embargo, el apoyo de Patricia Bullrich tras la primera ronda provocó que haya rebajado el tono. “Yo soy liberal libertario; filosóficamente soy anarquista de mercado”, dijo en una ocasión. Se ha mostrado contrario al aborto, incluso si el embarazo viene de una violación, pero sí le parece buena idea crear un mercado para promover la compraventa de órganos. Defiende también dolarizar la economía. Por su parte, Massa estuvo lidiando con la paradoja que supone ser responsable de las finanzas de un país que pasa por uno de sus peores momentos económicos; y candidato de la fuerza que aspira a estar otros cuatro años en el poder, apelando de nuevo de manera particular a la clase trabajadora, sector al que acude tradicionalmente el peronismo para lograr conseguir votos.

Todo está por verse

La cita de este domingo está marcada por la sorpresa que supusieron los resultados de la primera vuelta electoral, en la que los vaticinios de un Milei vencedor –al igual que en las primarias de agosto– saltaron por los aires cuando Massa logró sacarle casi siete puntos porcentuales. Así, en esta segunda vuelta está por verse también cómo influirá la movilización por rechazo que suscitan uno y otro candidato, y por quién se inclinará el 23 por ciento que votó en primera ronda por Patricia Bullrich, quien al anunciar su apoyo a Milei desencadenó una ruptura con algunos partidos que formaban la coalición Juntos por el Cambio, los cuales se declararon neutrales, así del resto de fuerzas. La Unión por la Patria de Sergio Massa logró más de 9,6 millones de votos en primera ronda, gracias en parte a su gran resultado en la provincia de Buenos Aires, una de las regiones con mayor población y cuya suma superó a los resultados conjuntos de Bullrich y Milei.

El peronismo mantuvo su hegemonía electoral, pero perdió apoyo con respecto a las anteriores elecciones, siendo aquellas partes del país con menores rentas su principal caladero de votos, mientras que los 8 millones de votos que logró La Libertad Avanza del ultraderechista Milei fueron más transversales. Sea quien sea quien logré mudarse a Casa Rosada, deberá lidiar con la enésima crisis financiera de un país cuya inflación se prevé vuelva a superar máximos históricos y en medio de una fuerte polarización, fruto de la irrupción de esa tercera vía ultraliberal y conservadora que representa Milei.