Pese a todos los anuncios de control y seguridad, el sistema no funcionó en la noche de este miércoles en el marco del partido amistoso internacional entre Colo Colo y River Plate, jugado en el estadio Ester Roa Rebolledo de Collao. Tras el compromiso se multiplicaron denuncias por destrozos y robos a vehículos estacionados en el sector Parque Andalién, frente al campo deportivo. Lo mismo había ocurrido hace unos meses con ocasión del encuentro de las selecciones de Chile y Cuba. Y, aunque se creía que se habían adoptado todas las medidas preventivas, otra vez se dieron los mismo delitos e incursiones de los delincuentes, que ya son parte del «paisaje» en Chile entero.
De acuerdo a lo reportado por la policía local, en el lugar hubo al menos una docena de automóviles con los vidrios quebrados y con especies robadas desde el interior. De este modo y pese a las numerosas garantías que anunciaron las autoridades a cargo en los días previos al enfrentamiento deportivo entre Colo Colo y River, en el sentido de que el público acudiera con confianza y seguridad al estadio, todo quedó en discursos. Entre los afectados hubo sólo lamentaciones por las pérdidas materiales que sufrieron. Así, el espectáculo futbolístico pasó a un segundo plano: una vez más, la delincuencia dejó sus huellas en la capital regional del Biobío.