* Mientras se practican cesáreas sin anestesia y la evacuación de los hospitales es imposible, los trabajadores humanitarios en Gaza siguen adelante, proporcionando asistencia a más de 600.000 personas que han buscado seguridad en los refugios de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, que ahora han superado en más del triple su capacidad.
Con la crisis palestino-israelí en su cuarta semana, los equipos humanitarios de la Organización de Naciones Unidas destacan la creciente presión que sufren los hospitales del norte de Gaza, donde permanecen pacientes y trabajadores sanitarios, en medio de informes sobre la ampliación de las operaciones terrestres israelíes. Los alrededores de los hospitales de Shifa y Al Quds, en la ciudad de Gaza, y del hospital indonesio, en el norte de Gaza, han sido bombardeados durante el fin de semana, según informó la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). «Esto se produjo tras los renovados llamamientos del Ejército israelí para evacuar inmediatamente estas instalaciones», añadió la agencia.
Proteger a los civiles dondequiera que estén
«Los civiles palestinos e israelíes ya han sufrido bastante», escribió este lunes en la plataforma social X (antiguo Twitter) el máximo responsable de ayuda de la ONU, Martin Griffiths, quien reveló que se encuentra en Israel y en los Territorios Palestinos Ocupados y que «tratará con los líderes de ambas partes” cómo se puede intensificar la respuesta humanitaria. «Mi petición a todas las partes es que liberen a los rehenes. Protejan a los civiles, estén donde estén. Permitan la entrega de ayuda de forma rápida, segura y a gran escala. Respeten el derecho internacional humanitario», escribió. Según OCHA, unas 117.000 personas desplazadas están refugiadas en los 10 hospitales que siguen operativos en la ciudad de Gaza y en otras zonas del norte de Gaza, que han recibido «repetidas órdenes de evacuación» en los últimos días. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reiteró durante la noche en la plataforma social X, que «la evacuación de los hospitales es imposible sin poner en peligro la vida de los pacientes».
Trabajadores humanitarios siguen trabajando
Se están practicando cesáreas de urgencia sin anestesia, en medio de la escasez de suministros médicos y energía. A veces los médicos tienen que atender partos prematuros de madres moribundas, según ha declarado del Fondo de Población la agencia de ONU para la salud sexual y reproductiva (UNFPA por sus siglas en inglés), citando desgarradores testimonios del personal del hospital de Shifa. La Agencia para los refugiados palestinos (UNRWA) afirmó que sus trabajadores humanitarios en Gaza «siguen adelante», proporcionando asistencia a más de 600.000 personas que han buscado seguridad en los refugios de la agencia, que ahora han superado en más del triple su capacidad. «Son el rostro de la humanidad en una de sus horas más oscuras», dijo el organismo.
La agencia llevó a cabo el domingo un servicio en memoria de los 59 miembros de su personal muertos en el conflicto hasta el momento, y el titular de la ONU, António Guterres, subrayó su «gratitud, solidaridad y pleno apoyo» a los colegas que trabajan para salvar vidas en Gaza arriesgando la suya propia. Desde el domingo por la tarde, el número de muertos en Gaza desde el 7 de octubre ha superado la barrera de los 8.000, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, dirigido por Hamás. Por su parte, OCHA también señaló que el lanzamiento indiscriminado de cohetes por parte de grupos armados palestinos hacia ciudades y pueblos israelíes continuó durante las últimas 24 horas, sin que se informara de víctimas mortales. Según las autoridades israelíes, 239 ciudadanos israelíes y extranjeros, entre ellos unos 30 niños, permanecen cautivos en Gaza y 40 personas siguen desaparecidas tras los ataques terroristas de Hamás contra Israel del 7 de octubre, en los que murieron 1.400 personas.
Se necesita mucha más ayuda
OCHA afirmó que el domingo al menos 33 camiones con agua, alimentos y suministros médicos entraron en Gaza a través del paso fronterizo de Rafah con Egipto, la mayor entrega de este tipo desde que se reanudaron los convoyes limitados el 21 de octubre. «Aunque este aumento es bienvenido, se necesita un volumen mucho mayor de ayuda de forma regular para evitar un mayor deterioro de la grave situación humanitaria, incluidos los disturbios civiles», subrayó la agencia. Según los informes, antes de los ataques de Hamás del 7 de octubre entraban en Gaza cerca de 500 camiones al día. Durante el fin de semana, en medio de las advertencias del equipo de ayuda de la ONU de que la gente ya está pasando hambre en Gaza, miles de personas irrumpieron en varios almacenes y centros de distribución de la UNRWA, llevándose harina de trigo, artículos de higiene y otros artículos.
Al mismo tiempo, un apagón de telecomunicaciones de más de 24 horas aisló a los gazatíes del resto del mundo y entre sí. El director de Operaciones de UNRWA, Tom White, describió el suceso como «una señal preocupante de que el orden civil está empezando a resquebrajarse tras tres semanas de guerra y un férreo asedio a Gaza». OCHA subrayó una vez más que la entrada de combustible, que no se ha permitido en los camiones de ayuda, es «urgentemente necesaria» para hacer funcionar los equipos médicos y las instalaciones de agua y saneamiento.