Yochved Lifshitz, una de las rehenes liberadas por Hamás: «He pasado por un infierno»

Yocheved Lifshitz, una mujer de 85 años rehén israelí que ha sido liberada por Hamás la pasada noche, aseguró que fue golpeada por los militantes del movimiento islamista cuando la llevaron a Gaza el 7 de octubre, pero recalcó que durante las dos semanas de cautiverio en el enclave palestino la trataron bien. «He pasado por un infierno. No pensábamos ni sabíamos que llegaríamos a esta situación», dijo sentada en una silla de ruedas durante su comparecencia ante los medios desde el hospital de Tel Aviv en el que está ingresada.

Las Brigadas al Qasam informaron en la noche de este lunes la liberación de Lifshitz y de otra mujer israelí, Nurit Yitzhak, de 80 años, tras la mediación de Qatar y Egipto, por lo que el portavoz de la milicia, Abu Obeida, señaló como «razones humanitarias imperiosas y satisfactorias». Los maridos de ambas mujeres, que también fueron secuestrados, siguen en manos de los islamistas. Los cuatro fueron raptados el 7 de octubre en sus casas por Hamás en el kibutz de Nir Oz, donde milicianos de Hamás mataron a miembros de esa comunidad. El marido de Lifshitz es el conocido activista por la paz Oded Lifshitz, de 83 años, que ha transportado a enfermos de cáncer en Gaza a hospitales israelíes para que recibieran tratamiento. Visiblemente afectada y algo desorientada, la mujer instó a que todos los rehenes, más de 220, sean puestos en libertad y puedan regresar a sus casas.

Los túneles de Hamás: «Una telaraña»

Lifshitz detalló que sus captores le quitaron el reloj y las joyas que llevaba y que, tras hacer parte del trayecto en moto, le obligaron a andar a través del campo hasta llegar a un túnel para introducirse en la Franja. «Me llevaron con las piernas en un lado y la cabeza en otro en motocicleta», señaló la anciana, quien ha descrito la red de túneles de Hamás como «una telaraña». Además, la mujer remarcó que en Gaza «nos trataron bien», precisando que le dieron comida y medicinas. Lifshitz también lamentó que una valla que ha costado «2.000 millones» -en referencia a la barrera de seguridad que separa Gaza de Israel-, no haya servido para proteger a los israelíes, y dijo que el Ejército israelí no se había tomado suficientemente en serio la amenaza de Hamás.

«Es una tortura psicológica»

Desde Londres, un grupo de familiares de israelíes secuestrados por Hamás, han asegurado que están viviendo «una tortura psicológica». «Queremos que todos vuelvan, que vuelvan todos juntos. Necesitamos que los medios deis todo esto a conocer para que la gente importante, los gobiernos, intenten poner fin a esta horrible historia», ha dicho una de las mujeres en la rueda de prensa. Por su parte, David es un hombre de Leeds que vive en Israel desde 1984 y ha tenido que enterrar a su cuñada. «Esta angustia es indescriptible. Tardamos cuatro días en poder identificarla. Simplemente salió a correr, pasó un cruce, tuvo que refugiarse, estuvo escondida varias horas… Le dispararon en la espalda y en la cabeza», ha detallado. «Estuvimos llorando su muerte durante una semana. Nos sentíamos culpables. No sabíamos qué le había pasado», ha añadido. (Agencias).