* Se encuentra pendiente de firma y ratificación el pacto de libre comercio que Europa tiene con Chile, al igual que ocurre con los concluidos con otros socios de economías avanzadas y de mercados emergentes masivos. En diciembre pasado, la UE y Chile, después de cinco años de negociaciones, anunciaron su pacto para modernizar el que ya rige sus relaciones comerciales, que está vigente desde hace dos décadas.
En diciembre pasado, la Unión Europea (UE) y Chile, después de cinco años de negociaciones, anunciaron su pacto para modernizar el que ya rige sus relaciones comerciales, que está vigente desde hace dos décadas. Según el texto pactado, el 99.9% de las exportaciones de la Unión hacia Chile estarán libres de aranceles, mientras que este país obtendrá la liberalización del 96.5% de los productos que exporte al club comunitario.
Los ministros de Comercio de la Unión Europea, bajo la presidencia de turno de España, se reúnen este viernes 20 de octubre en la ciudad española de Valencia, para abordar cómo acelerar los acuerdos comerciales que el bloque comunitario tiene pendientes con Mercosur, y también las vías para modernizar los que mantiene con México y Chile. Durante esta reunión, los ministros europeos analizarán también el papel que la política comercial puede desempeñar a la hora de minimizar los riesgos derivados de las interdependencias económicas, además de examinar cómo maximizar los beneficios de la apertura económica de la Unión a otros mercados.
“América Latina es un socio fundamental y fiable para la Unión Europea, por lo que es prioritario cerrar acuerdos comerciales con esta región para incrementar la diversificación y resiliencia de las cadenas de producción”, señalaron fuentes de la presidencia española de turno de la UE. A ese respecto, el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea Maros Sefcovic, adelantó que Bruselas aspira “a completar acuerdos comerciales ambiciosos con Australia, México y Mercosur para finales de este año”.
La situación con Mercosur
Nuevos requisitos medioambientales -que no forman parte del acuerdo general con Mercosur- son exigidos ahora por algunos socios europeos (Francia, Países Bajos o Irlanda) y el Parlamento Europeo (PE), tras la aprobación de un nuevo reglamento comunitario sobre deforestación, y colocaron un nuevo elemento en una negociación aparentemente cerrada en junio de 2019 tras dos décadas de debate. Aunque entonces las partes dieron su visto bueno al acuerdo, la parte europea percibió posteriormente la amenaza competitiva que el pacto podía suponer para su agricultura y la posibilidad de que el auge agrícola y ganadero en los países Mercosur amenazara aún más a la Amazonía y a esos sectores europeos.
Así, Bruselas planteó este año un anexo al pacto en el que pide más compromisos con los acuerdos climáticos y llegó a plantear la posibilidad de “contramedidas” como último recurso, lo que llevó a Mercosur a rechazarlo en septiembre. Ese último escollo del acuerdo, aún pendiente de ratificación por los parlamentos nacionales europeos y la Eurocámara, llegó en forma de ultimátum por parte de Paraguay y su presidente, Santiago Peña, puso como fecha límite para cerrar el pacto el 6 de diciembre, cuando asumirán la presidencia temporal de Mercosur. Peña insistió en que si en esa fecha el pacto no está cerrado, el bloque suramericano se retiraría y se centraría en negociar acuerdos comerciales con países asiáticos como China o Singapur, e incluso con Emiratos Árabes Unidos, entre otros.
Un estudio del Real Instituto Elcano indica que “de llegar a buen puerto, la UE tendrá acuerdos con un 94% del PBI de América Latina, comparado con un 44 % de Estados Unidos y un 14 % de China”, y convertiría a Latinoamérica “en un actor de primer orden” en este ámbito. Su entrada en vigor creará un mercado de casi 800 millones de habitantes y permitirá a los exportadores europeos ahorrarse en torno a 4,000 millones de euros anuales en aranceles.
El acuerdo modernizado eliminará en la práctica todos los aranceles sobre los productos agrícolas no liberalizados en el pacto vigente, simplificará los procedimientos aduaneros o ampliará, entre otros, el acceso a los mercados de contratación pública. Pendientes de ratificar están también los acuerdos que la UE ya ha concluido con Nueva Zelanda, en tanto que falta la firma para los cerrados recientemente con Chile y Kenia. También están por finalizar los pactos con Australia e Indonesia, y están en proceso de negociación con Tailandia e India. (Agencias).