Tras la culminación de la sexta Reunión de Política Monetaria (RPM) del año, el Consejo del Banco Central de Chile ha tomado una decisión unánime que marcará un hito en la economía nacional: reducir la tasa de interés en un 9,5%. Esta medida sigue de cerca la recomendación presentada el pasado lunes por el Grupo de Política Monetaria (GPM) al instituto emisor y se traduce en una disminución de 75 puntos base. Rosanna Costa, presidenta de la entidad, anunció esta decisión al término del encuentro celebrado durante la jornada de hoy.
En su comunicado oficial, el Banco Central resaltó la situación en el ámbito internacional, donde la inflación ha mostrado un continuo descenso a nivel global. No obstante, las perspectivas tanto de inflación como de política monetaria varían significativamente entre países. En las economías desarrolladas, se prevé que la política monetaria mantendrá un tono restrictivo durante un período prolongado. En contraste, en varias economías emergentes, ya se ha iniciado o está por comenzar un ciclo de reducción de tasas. Además, las perspectivas de crecimiento a nivel mundial, tanto para este año como el próximo, se mantienen en un estado débil, lo que limita el impulso externo que podría recibir la economía chilena.
El informe también hace referencia a los mercados financieros globales, que han reflejado una menor avidez por el riesgo. Esto se ha visto influenciado por eventos como la rebaja de la calificación de la deuda soberana de Estados Unidos y la incertidumbre en torno al desempeño económico de China, así como el ritmo de desinflación a nivel global. Desde la última reunión, se ha fortalecido el dólar, las tasas de largo plazo han experimentado un aumento y los mercados bursátiles han sufrido pérdidas.
En el contexto local, los movimientos en los mercados financieros chilenos siguen alineados con las expectativas de que la política monetaria adoptará un tono menos restrictivo. Las tasas de interés a corto plazo continúan su tendencia a la baja, el tipo de cambio ha registrado una depreciación y el índice IPSA ha acumulado ganancias significativas. En cuanto a las tasas de largo plazo, han experimentado movimientos más moderados.
El Banco Central también evaluó la situación macroeconómica y señaló que la actividad y la demanda se han desarrollado en línea con las expectativas. En el segundo trimestre, una vez descontada la estacionalidad, el Producto Interno Bruto (PIB) no minero experimentó una disminución del 0,5% con respecto al trimestre anterior. El consumo privado se ha estabilizado, aunque la inversión ha mantenido un bajo desempeño, aunque con una mejora en el componente de maquinaria y equipos. El déficit acumulado de la cuenta corriente ha continuado disminuyendo.
En cuanto a la inflación, tanto la inflación total como la subyacente, que excluye elementos volátiles, han continuado disminuyendo, aunque aún se mantienen en niveles elevados. En julio, la inflación total se situó en un 6,5%, mientras que la inflación subyacente alcanzó un 8,5% anual. La reducción de la inflación se explica principalmente por la disminución de la inflación subyacente de bienes y de los componentes volátiles, aunque la inflación de servicios ha mostrado una reducción más gradual. En cuanto a las expectativas de inflación a dos años plazo, tanto la Encuesta de Expectativas Económicas (EEE) como la Encuesta de Operadores Financieros (EOF) se encuentran en un 3%.
El Banco Central proyecta que, de mantenerse las proyecciones del escenario central del Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre, la inflación convergerá hacia la meta del 3% en la segunda mitad del año 2024. En el corto plazo, la Tasa de Política Monetaria (TPM) continuará siguiendo la trayectoria previamente delineada en la reunión anterior.