La amenaza persiste en el desolado cerro Alegre de Tomé, que ha dejado su rastro de peligro sobre 15 viviendas en la zona. Luego del desmoronamiento que sepultó una casa deshabitada bajo toneladas de tierra, la Municipalidad de Tomé ha tomado la determinante medida de evacuar a otras 10 familias de la zona. Esta decisión surge ante el inminente riesgo de nuevos derrumbes que podrían conllevar consecuencias aún más trágicas.
En la cuenta regresiva de la incertidumbre, también se encuentran 15 familias cuyos hogares penden de la ladera del cerro, amenazados por la posibilidad de que el talud se precipite sobre ellos.
La propietaria de la vivienda sepultada por el talud del cerro, quien confirmó que la casa se encontraba sin moradores en el momento del incidente, expresó que a pesar de todo el muro fue de gran ayuda pero que la pérdida es total. «No queda nada (de la casa). Ahora hay que replantearse qué vamos a hacer, si reconstruir en el mismo lugar o tomar otra decisión».
La alcaldesa de Tomé, Ivonne Rivas, subrayó que durante el sistema frontal del mes anterior, el cerro cedió sin que se procediera al retiro de escombros, lo cual habría agudizado el problema. «Nuestros profesionales de la municipalidad recomendaron que no retiráramos la masa de tierra desprendida del cerro durante el temporal de junio. Pues bien, esa decisión permitió que hoy no estemos lamentando una tragedia mayor».
La administración municipal comunicó a los vecinos la imposibilidad de retornar a sus hogares y otorgó certificados de inhabitabilidad, dado el riesgo latente de derrumbe del cerro. Los equipos de Bomberos colaboraron en las evacuaciones tanto de los residentes del faldeo del cerro Alegre como de los habitantes de las áreas elevadas donde ocurrió el colapso.
En paralelo, el Servicio de Geología y Minería (Sernageomín) de la Región del Biobío ha emprendido un estudio exhaustivo para evaluar la posible presencia de una falla geológica en la zona. Las grietas originadas durante el temporal de junio se profundizaron durante la última oleada de lluvias, generando socavones en ciertas partes del cerro Alegre. Este análisis busca proporcionar respuestas y guiar futuras decisiones en torno a la seguridad de los residentes y la estabilidad del entorno.