Al Papa le preocupa el ascenso de Javier Milei: ¿Peligraría la visita a Argentina?

El contundente triunfo de Javier Milei en las Primarias y su prometedor panorama para las elecciones presidenciales han generado inquietud tanto en círculos políticos como eclesiásticos. Esta incertidumbre se concentra en torno a la anunciada visita del Papa Francisco a Argentina en el primer semestre del próximo año, la cual podría verse cuestionada si el candidato libertario llega a la Casa Rosada.

El triunfo de Milei ha sacudido los cimientos de la Iglesia más allá de la relevancia histórica que tendría su visita papal. El éxito del libertario en emblemáticas villas, como La Cava en San Isidro, donde ejerció como párroco el actual arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, ha suscitado preguntas sobre si las ideas liberales han atraído a los sectores menos favorecidos o si Milei se ha convertido en un instrumento para castigar a la política tradicional.

La sorpresa del avance de Milei también plantea interrogantes sobre si los obispos y la Iglesia en general pasaron por alto su crecimiento. La preocupación en el Papa y la jerarquía eclesiástica es notoria.

La trayectoria de Milei muestra una larga oposición al sumo pontífice incluso antes de asumir su candidatura. En 2018, a través de Twitter, dirigió críticas severas al Papa Francisco, llegando a cuestionar el enfoque de justicia social y acusándolo de promover el comunismo. A pesar de que Francisco nunca respondió a estas críticas, en marzo de este año realizó declaraciones implícitas referentes al enojo con políticos, insinuando el peligro de seguir a líderes carismáticos.

Sin embargo, tras las Primarias, Milei ha modificado su postura hacia el Papa. Ahora lo trata con respeto y consideración como cabeza de la Iglesia católica y jefe de Estado. Este cambio parece estar relacionado con su cercanía a la presidencia y su deseo de no perder votos entre los católicos. Su candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel, influyó en su moderación al ser hija de un militar vinculado al Obispado Castrense, que busca reconocimiento para las víctimas del terrorismo.

Aunque Milei ha expresado que respeta al Papa, sus ideas ultraliberales que contrastan con la doctrina social de la Iglesia y su estilo explosivo generan inquietud en la jerarquía eclesiástica. El posible acercamiento entre las autoridades católicas y el equipo de Milei contrasta con sus fuertes insultos previos a Francisco.

La Conferencia Episcopal, que reúne a los obispos del país, señala que estaría dispuesta a otorgar una audiencia a Milei si lo solicitara, tal como se hace con otros candidatos presidenciales en vísperas de las elecciones. Aunque los factores políticos influyen, fuentes cercanas al Papa afirman que su visita a Argentina no depende del resultado electoral y que se llevará a cabo después de los comicios, sujeta a una evaluación final de factibilidad.

No obstante, surge la interrogante de si Milei estaría dispuesto a recibir al Papa Francisco y cómo reaccionaría ante las palabras del pontífice. El Papa también enfrenta reticencias por supuesta afinidad con el peronismo y el kirchnerismo, como evidencian las recientes designaciones de figuras políticamente ligadas en el Vaticano.

Mientras Milei busca moderarse para ampliar su base de votantes, su relación con la Iglesia sigue siendo un asunto a considerar. El viaje papal a Argentina, aunque sujeto a factores diversos, representa un desafío tanto para el candidato libertario como para la Iglesia y su líder máximo.