El panorama económico chileno continúa mostrando signos de deterioro, con el Producto Interno Bruto (PIB) cuyo resultado es negativo, pues registra un descenso del 1,1% durante el segundo trimestre de 2023 en comparación con el mismo período del año anterior. Estos datos Estos datos, recién entregados esta mañana por el Banco Central a través en su informe de Cuentas Nacionales, revelan que el PIB nacional ha hilado tres caídas trimestrales consecutivas en términos anuales. Esta tendencia a la baja se estableció con un descenso del 2,3% en el último trimestre de 2022 y una caída del 0,8% en el primer trimestre del año actual.
En todo caso la contracción entre abril y junio resultó ser menos pronunciada de lo que los analistas habían proyectado. Las estimaciones preveían una disminución del 1,4%, lo que sugiere una cierta resistencia en la economía ante los desafíos prevalecientes.
El Banco Central informó que «la actividad económica sufrió una caída del 1,1% en el segundo trimestre de 2023 en comparación con el mismo período del año anterior. Por su parte, la demanda interna disminuyó un 5,6%, debido a una reducción en el consumo de los hogares y la inversión». Además, el informe del Banco destacó que el segundo trimestre tuvo un día hábil menos que el mismo período del año anterior, lo que resultó en un efecto calendario negativo de -0,1 puntos porcentuales.
En su análisis, la institución liderada por Rosanna Costa destacó que la caída del PIB en el segundo trimestre estuvo principalmente influenciada por las áreas de comercio, transporte, minería e industria manufacturera. Al mismo tiempo, en términos ajustados por estacionalidad, la actividad económica experimentó una disminución del 0,3% en comparación con el trimestre anterior, «principalmente debido al desempeño del comercio, aunque este efecto fue parcialmente compensado por el aumento en la actividad minera», según señaló el Banco Central.
Desde la perspectiva del gasto, el informe destacó que «la disminución del PIB se debió principalmente a la demanda interna. En cuanto al comercio exterior, las importaciones experimentaron una caída mayor que las exportaciones, lo que tuvo un impacto neto positivo en el PIB». El consumo de los hogares se redujo en un 6,1%, afectando a todos sus componentes. Por otro lado, la formación bruta de capital experimentó un retroceso del 8,1%, en gran parte debido a una menor variación en las existencias. Sin embargo, la formación bruta de capital fijo (FBCF) aumentó un 1,6%, reflejando una mayor inversión en maquinaria y equipo.
En cuanto al comercio exterior de bienes y servicios, se destacó una reducción del 13,2% en las importaciones, en línea con una menor demanda de automóviles, productos químicos y combustibles. Las exportaciones también sufrieron una caída, aunque menos pronunciada (-1,2%), principalmente debido a menores envíos de productos de madera, frutas y cobre.
En lo que respecta al ingreso nacional bruto disponible real, el informe señaló un crecimiento del 3,1%, resultado de un aumento en los términos de intercambio y una disminución en las rentas pagadas al exterior. Por último, el ahorro bruto total ascendió al 22,1% del PIB en términos nominales, compuesto por un ahorro nacional del 18,9% del PIB y un ahorro externo del 3,2% del PIB, que corresponde al déficit en la cuenta corriente de la Balanza de Pagos.