¿Cómo se reconoce el Infarto al miocardio?

Se define Infarto Agudo al Miocardio (IAM) como la evidencia de necrosis miocárdica, electrocardiográfica y enzimática, la cual tiene diversas manifestaciones clínicas, según la Guía Ministerial de Manejo del Infarto. Habitualmente se produce porque una de las arterias coronarias (los vasos que irrigan al mismo corazón) se obstruye por un trombo; esta arteria deja de irrigar ese segmento del corazón, provocando que el tejido se necrose y muera; con ello, el corazón puede dejar de funcionar, provocando en los casos severos la muerte de la persona.

Los factores de riesgo asociados a IAM son antecedentes de hipertensión, diabetes mellitus, tabaquismo, niveles alterados de lípidos, obesidad abdominal y estrés permanente. El consumo diario de frutas o verduras, y la actividad física, se consideran un factor protector ante esta enfermedad, por lo que los factores de riesgo son modificables con un estilo de vida saludable que incluya una buena alimentación y la actividad física. El síntoma más relevante en el IAM es el dolor torácico. Habitualmente el tipo de dolor es opresivo y retroesternal, de más de 20 minutos de duración, de intensidad variable, pudiendo irradiarse al cuello, mandíbulas, hombros, o extremidades superiores. Ocasionalmente el dolor puede ubicarse en la región epigástrica (lo que llamamos comúnmente “boca del estómago”) o interescapular, entre los omóplatos.

El infarto en adultos mayores, diabéticos o mujeres, puede tener presentación atípica con disnea, dificultad para respirar, fatiga, mareos o síncope, o incluso ser silente. El dolor puede estar asociado a manifestaciones de activación del sistema nervioso autónomo, como palidez, sudoración, taquicardia, agitación psicomotora. También existe la presentación atípica, que se da sobre todo en personas diabéticas, mujeres, adultos mayores. Esta presentación incluye disnea de inicio brusco (insuficiencia cardíaca, edema pulmonar agudo), síncope, hipotensión arterial, ingurgitación yugular; equivalentes coronarios: duele en la zona de irradiación típica (extremidades superiores, dorso, cuello, epigastrio, que es la parte superior del abdomen), sin necesariamente presentar dolor retroesternal, palpitaciones y muerte súbita.

Como los síntomas son variados y pudieran ser considerados similares en otras enfermedades, es importante acudir lo antes posible a un centro asistencial para que haga el manejo adecuado según el diagnóstico diferencial. El infarto es una patología GES, por lo que están muy claramente definidos los plazos de atención; por ejemplo, ante la presencia de dolor precordial, se debe realizar un electrocardiograma en un plazo de 10 minutos desde que la persona llega al servicio de urgencias. El manejo, si se confirma el infarto, incluye angioplastia y/o coronariografía en un plazo de 24 horas máximo, según el caso. Es muy importante que en este mes del corazón (agosto) se sensibilice sobre los factores de riesgo que son modificables y que con medidas simples, como caminar más de 8.500 pasos diarios, se pueden disminuir las posibilidades de este evento cardiaco. La disminución del consumo de sal y mantener las enfermedades crónicas como la hipertensión y la diabetes controladas, también forman parte de medidas que debemos incorporar en nuestra vida diaria.


Sara Contreras Sandoval, Directora de Enfermería  Universidad Andrés Bello (Concepción)