No hay leyes internacionales que rijan este tema. Sin embargo, es probable que se desarrolle un consenso sobre este tema a medida que la exploración espacial se vuelva más común.
La muerte en el espacio es un tema que ha sido explorado por la ciencia ficción durante años, pero ahora es una realidad que debemos enfrentar a medida que nos embarcamos en misiones más largas y complejas al espacio exterior.
“Dado lo complicado que son los vuelos espaciales, es notable cuán pocas personas han perdido la vida hasta ahora”, observa en un artículo en The Conversation Emmanuel Urquieta, profesor de Medicina Espacial del Baylor College of Medicine. Además, el especialista indica que a medida que esos viajes se vuelven más comunes, también aumenta la posibilidad de que alguien muera lejos de la Tierra. La NASA y otras agencias espaciales y empresas privadas planean enviar tripulaciones a la Luna y a Marte en la próxima década. Eso, junto al auge de los vuelos espaciales comerciales que se están convirtiendo en una rutina, incrementa la posibilidad de que alguien muera en el camino.Los protocolos varían de acuerdo a cuán lejos se encuentre la misión respecto a la Tierra. En ese sentido, si el fallecimiento ocurriese en la órbita terrestre baja o en la EEI —que se encuentra a unos 400 kilómetros—, sería posible que el cuerpo vuelva en una cápsula en pocas horas. Si ese evento sucediera en la Luna, la tripulación podría regresar en algunos días. Según explica Urquieta, la NASA ya tiene protocolos establecidos para las diversas circunstancias. “Es probable que la preservación del cuerpo no sea la principal preocupación de la NASA. En cambio, la prioridad número uno sería asegurarse de que la tripulación restante regrese a salvo”, precisa el médico espacial. Así, las reglas frente a una muerte en el espacio van a cambiar según la distancia a la Tierra en que suceda.
Los primeros astronautas que fallecieron en el espacio fueron los cosmonautas rusos Vladislav Volkov, Georgi Dobrovolski y Viktor Patsayev, quienes murieron en 1971 cuando su nave Soyuz 11 se descomprimió durante el reingreso a la atmósfera terrestre. Desde entonces, otros 16 astronautas han muerto en accidentes espaciales, incluidos tres astronautas estadounidenses que murieron en el desastre del transbordador espacial Columbia en 2003.
A medida que la exploración espacial se vuelve más común, es probable que veamos más muertes en el espacio. Esto plantea una serie de desafíos éticos y prácticos. ¿Cómo debemos tratar los cuerpos de los astronautas que mueren en el espacio? ¿Podemos repatriar sus cuerpos a la Tierra? ¿Qué pasa con sus pertenencias? ¿Y cómo podemos ayudar a la tripulación restante a lidiar con la pérdida de un compañero?
No hay respuestas fáciles a estas preguntas. Sin embargo, es importante que comencemos a pensar en ellas ahora, a medida que nos preparamos para una era de exploración espacial más audaz.
Aquí hay algunas de las opciones que se han considerado para tratar los cuerpos de los astronautas que mueren en el espacio:
- Cremar los cuerpos: Esta es una opción práctica, ya que requiere poco espacio y energía. Sin embargo, también es una opción que puede ser difícil para las familias de los astronautas.
- Enterrar los cuerpos: Esta es una opción más respetuosa con el medio ambiente, pero también es más difícil de realizar en el espacio.
- Enviar los cuerpos a la Tierra: Esta es la opción más costosa, pero también es la que brinda más consuelo a las familias de los astronautas.
La mejor opción para tratar los cuerpos de los astronautas que mueren en el espacio dependerá de una serie de factores, incluyendo la distancia a la Tierra, el estado del cuerpo y las preferencias de la familia.
Otro desafío ético que se plantea con la muerte en el espacio es el de las pertenencias del astronauta fallecido. ¿Qué pasa con sus pertenencias personales? ¿Quién es dueño de ellos? ¿Pueden llevarse a la Tierra?
Finalmente, debemos considerar el impacto emocional de la muerte en el espacio en la tripulación restante. La muerte de un compañero puede ser una experiencia traumática, y es importante que la tripulación tenga acceso a apoyo emocional.
Las agencias espaciales deben desarrollar planes para ayudar a la tripulación restante a lidiar con la pérdida de un compañero. Estos planes deben incluir servicios de asesoramiento, terapia de duelo y otros recursos.
La muerte en el espacio es una realidad que debemos enfrentar a medida que nos embarcamos en misiones más largas y complejas al espacio exterior. Es importante que comencemos a pensar en las implicaciones éticas y prácticas de la muerte en el espacio ahora, para que podamos estar preparados para tratar este desafío cuando ocurra.