En Chile se requiere impulsar un ecosistema para avanzar con la electrificación del transporte. De acuerdo a lo que ha manifestado por el ministro de energía Diego Pardow “esto no es solo cambiar auto por auto», La autoridad de la cartera está planteando «crear las condiciones habilitantes para el despliegue de la movilidad eléctrica, lo cual incluye, entre otros elementos, disponibilidad de vehículos, talleres que puedan brindar atención de posventa y mantención, capacitación para contar con especialistas en todo el territorio nacional, infraestructura de carga pública y privada, atención a emergencias, y sin duda, acceso a financiamiento». Junto a lo anterior está la gran distancia existente entre los vehículos eléctricos y tradicionales en cuanto a la forma en que se abastecen de energía. La secretaría de Estado ha sostenido que «actualmente tenemos insuficiente infraestructura de carga pública, si bien hay un crecimiento incipiente, no es suficiente para bajar la ansiedad de carga, que se produce en los conductores de vehículos eléctricos cuando los automóviles tienen su batería con baja carga y temen no llegar hasta el lugar de abastecimiento”.
Tanto la autoridad como los expertos están conscientes que el desarrollo de la infraestructura de carga es clave para fortalecer la electromovilidad en Chile. El avance en esta materia consta de cinco ejes: infraestructura de carga, transporte público y descentralización, educación y capacitación, seguridad vial, y finalmente regulación. Entre las medidas consideradas destaca contar con un Plan Nacional de Infraestructura de Carga Pública en 2025 en centros urbanos y rutas interurbanas del país. Esto, con el propósito de que los distintos puntos de recarga que no se distancien más allá de los 100 kilómetros lineales En rigor, ello incluye comenzar la ejecución de este plan de infraestructura en la Macrozona Norte durante el 2024. En paralelo se pretende disponer de una plataforma digital (web y app) de interoperabilidad durante el próximo año para facilitar la experiencia del usuario; incorporar flotas de buses eléctricos de alto estándar en los sistemas de transporte público de Antofagasta, Copiapó, La Serena, Coquimbo y Concepción. Además, implementar programas de transporte público menor (taxis y colectivos eléctricos) en Antofagasta, Atacama, O´Higgins y Biobío, con fondos de los gobiernos regionales. De manera simultánea a lo anterior se dispondrán becas para la formación de técnicos, tanto para la mantención de vehículos eléctricos como para la instalación y operación de infraestructura de carga, y se trabajará en los aspectos regulatorios para remover las barreras prioritarias que pueden afectar la aceleración de la electromovilidad, incluyendo la instalación de una mesa de coordinación interministerial. Fundamental es aumentar la infraestructura de carga para vehículos eléctricos en todo el país. Esto incluye la instalación de estaciones de carga en áreas urbanas, en carreteras y enlugares de estacionamiento públicos y privados, como centros comerciales, centros de educación superior, empresas y viviendas.
